sábado, 27 de noviembre de 2010

Las Líneas de Chávez No. 97

21.Nov.2010 /

I

El lunes 15 de noviembre estuvimos encabezando el acto de entrega del Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2009 en el Teatro Teresa Carreño, cuyo ganador fue el gran filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel por su obra Política de la liberación. Volumen II. Arquitectónica.

Arribó el Premio Libertador a su quinta edición. Hoy por hoy, se ha consolidado como una referencia fundamental en cuanto al devenir del pensamiento crítico y creador, tanto en Nuestra América como en el mundo. Éste no es un premio más y no lo es por varias razones: una de esas razones, quizás la más poderosa, es destacar la importancia vital que tiene el ejercicio permanente de las ideas para iluminar los caminos y los horizontes de la gran batalla contemporánea por el porvenir de la humanidad.

Hablar de Enrique Dussel es hablar de una de las figuras cimeras de la filosofía contemporánea nuestroamericana. Autor de una ya muy vasta obra, la envergadura intelectual de Política de la liberación. Volumen II. Arquitectónica pone de relieve, una vez más, su condición de argonauta del pensar: Dussel ha tenido la audacia de repensarlo todo, con el mayor rigor y el más acerado sentido crítico, desde aquí, desde Nuestra América.

Política de la liberación consta de tres volúmenes que dan cuenta de tres grandes momentos o instancias constitutivas: una historia mundial y crítica, una arquitectónica y una crítica. En esta segunda instancia constitutiva, Dussel despliega un vasto y riguroso marco teórico para poder pensar radicalmente la problemática política.

No pudo ser más oportuna y pertinente la Conferencia Magistral que dictara el Maestro Dussel el 15 de noviembre. Oportuna y pertinente, digo, por su temática: la democracia participativa y el liderazgo político. Quiero glosarla con la brevedad que me impone el espacio.

Para Dussel, desde la izquierda no se ha analizado suficientemente la función del liderazgo en el crecimiento de la democracia participativa. El liderazgo es un servicio y un magisterio obediencial, democrático y político: ello es así porque el liderazgo aparece simultáneamente con la emergencia del pueblo como actor colectivo y sólo puede entenderse dentro de los límites de una democracia participativa y representativa. El liderazgo es obediencial con respecto al pueblo y debe ser obediente a sus exigencias y necesidades: sólo se puede gobernar obedeciendo. He allí una clave que nos permite entender el cambio de época que desde la América del Sur se está extendiendo a toda Nuestra América.

II

El martes 16 de noviembre el Presidente Santos anunció que su Gobierno extraditará al narcotraficante Walid Makled a Venezuela. Quiero citar textualmente sus palabras: Yo le di mi palabra (al Presidente Chávez) y una vez se surtan los trámites jurídicos se hará la extradición a Venezuela. Yo soy un hombre de palabra.

Este capo tiene que responder ante la justicia venezolana por sus innumerables delitos.

Considero que este anuncio tiene la mayor importancia y reafirma la voluntad política común y compartida, por el Presidente Santos y por este servidor, de no dejarnos descarrilar: la voluntad política que es necesaria para que el vigoroso proceso de relanzamiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela prosiga su curso, fortaleciendo la confianza entre nuestros dos países.

El imperio pretende que Makled sea extraditado a Estados Unidos. Washington quiere usarlo para que vomite toda clase de acusaciones contra la Revolución Bolivariana, contra su liderazgo político y militar, y así incluir a Venezuela en la lista negra de países que apoyan al narcotráfico.

No se olvide que la canalla mediática, nacional e internacional, ha venido posicionando la imagen de Venezuela como un Estado delincuente, obedeciendo a la estrategia imperial de crear las condiciones para una intervención militar. En último término, se trata de llevar a este servidor ante la Corte Penal Internacional. Fracasarán: no van a poder reeditar el trágico escenario de Panamá en 1989. Aquí hay un pueblo y una Fuerza Armada con la más firme disposición de hacer respetar nuestra soberanía.

Creo en la palabra del Presidente Santos. Y tengo la certeza de que el Gobierno de Colombia no se va a prestar a este nauseabundo juego de Washington a través de sus laboratorios de guerra sucia.

III

El jueves 18 de noviembre se cumplió el sexto aniversario del asesinato de Danilo Anderson. Se nos impone la viva y dolorosa memoria del Fiscal Valiente: memoria viva porque la pasión por la justicia que él encarnó, no puede morir ni nadie puede ni podrá matarla; y memoria dolorosa porque el crimen que segó su limpia existencia continúa impune.

No porque hayas caído / tu luz es menos alta, dicen unos versos memorables de Nicolás Guillén. Danilo cayó pero su tremendo combate por la dignidad, por la verdad y por la vida, brilla hoy con la más alta e inextinguible luz.

¡Danilo vive, la lucha sigue! ¡Basta de impunidad!

IV

La tragedia haitiana continúa golpeándonos el corazón. Como bolivarianos y bolivarianas, nunca podremos permanecer impasibles ante la realidad lacerante y atroz que padece el pueblo de Petión: el pueblo hermano que merece un destino mejor.

Ya la epidemia de cólera ha causado la muerte de más mil personas, en un país absolutamente devastado por el terremoto de enero pasado.

Hasta cuándo continuará la ocupación militar de Haití con la mampara de la ONU. Con qué moral puede pedírsele al pueblo haitiano que cese sus protestas contra las tropas extranjeras. Haití no quiere ser Puerto Rico, esto es, una neocolonia yanqui, pero eso no tiene la menor importancia para la ONU o la OEA.

Venezuela seguirá prestándole toda la ayuda y todo el apoyo que sean necesarios al pueblo haitiano. Igualmente, haremos sentir nuestra voz para multiplicar los esfuerzos solidarios desde UNASUR y desde la ALBA.

V

Desde estas Líneas, vayan mis felicitaciones para el estelar lanzador Félix Hernández por la obtención del premio Cy Young 2010 correspondiente a la Liga Americana: es el segundo venezolano en obtener el más importante galardón de pitcheo del beisbol de Grandes Ligas; el primero fue nuestro Johan Santana en 2004 y 2006. Félix tuvo récord de 13-12 –un récord que se explica por el pobre apoyo ofensivo de su equipo, los Marineros de Seattle- pero fue líder en efectividad en la Americana (2.27) e innings lanzados (249.2) y concluyó segundo en ponches (232) y tercero en juegos completos (6).

Nos alegra, también, el Guante de Oro 2010 obtenido por el jardinero central venezolano Franklin Gutiérrez quien también juega para los Marineros de Seattle. En 146 juegos su defensa fue poco menos que inmaculada en el jardín central: 415 lances sin cometer errores para establecer un nuevo récord en las Grandes Ligas.

Félix, Franklin: el pueblo se siente orgulloso de ustedes.

VI

Este domingo 21 de noviembre, cuando aparezca está nueva edición de Las líneas de Chávez, será la fecha de cierre de la VI Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN 2010). Invito a todo el pueblo caraqueño a asistir al Parque Generalísimo Francisco de Miranda: vamos todas y todos a unirnos a esta fiesta del libro y la lectura.

Nosotros, ciertamente, estamos haciendo un gigantesco esfuerzo editorial. Pero tenemos que perfeccionar nuestra capacidad de distribución para garantizar plenamente el acceso a los libros. No basta con las 60 librerías de la Red de Librerías del Sur: necesitamos librerías comunales, ambulantes. Se trata, robinsoniamente hablando, de inventar: la librería tiene que estar donde el pueblo vive y trabaja.

¡¡Venceremos!!

Las Líneas de Chávez No. 96

14.Nov.2010 / 01:21 pm
I

El lunes 8 de noviembre estuvimos celebrando, por todo lo alto, el décimo aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, en La Habana. No es poca cosa lo que hemos logrado durante estos diez años de su 55555vigencia. Desde aquel luminoso 30 de octubre de 2000 en que fue firmado por el Comandante Fidel Castro y este servidor, Cuba y Venezuela le han dado vida a un nuevo modelo de relacionamiento entre dos países, entre dos pueblos.
Diez años… Se dice fácil, pero hay que ver la cantidad de obstáculos que hemos debido superar para hacer realidad el conjunto de grandes beneficios que ahora disfrutan nuestros pueblos: beneficios que, hoy más que nunca, ameritan el fortalecimiento del Convenio para transitar diez años más hacia la consolidación de nuestras Revoluciones, cada una con sus matices, visiones y propósitos diversos, pero con una poderosa raíz fundamental de donde nuestras Repúblicas reciben la savia nutricia. Me refiero al legado de Bolívar y Martí, uno y el mismo sentimiento nuestroamericano y de Patria Humanidad: es el legado del que es viva encarnación el Comandante Fidel Castro.

Tengamos presente que este Convenio fue la piedra fundacional de la ALBA. Cuba y Venezuela han trazado un camino común y compartido que va mucho más allá de la integración, para retomar y reivindicar plenamente la bandera histórica que nos legaron nuestros Libertadores: la unidad. La unidad fraterna que se basa en la cooperación, la complementación, la interdependencia, el apoyo mutuo y en la plena identificación con la causa del socialismo: del socialismo no como receta, como dogma, sino como construcción colectiva y, para decirlo con Mariátegui, como creación heroica de cada pueblo.

La gran hermandad entre Cuba y Venezuela tienen una larga historia. Una historia que comienza con los planes de Bolívar y Sucre para liberar a Cuba, abortados por esos enemigos históricos de nuestros pueblos, Páez y Santander, que también dejaron su legado, sí, pero de oprobio y desvergüenza patria: es el legado que encarnan las oligarquías que hacen lo posible y lo imposible por reducir a Nuestra América a un nuevo coloniaje.

Hablando de Bolívar y del proceso de Independencia tanta veces interrumpido y hasta frustrado, decía José Martí en 1893: Acaso en su sueño de gloria, para la América y para sí, no vio que la unidad de espíritu, indispensable a la salvación y dicha de nuestros pueblos americanos, padecía, más que se ayudaba, con su unión en formas teóricas y artificiales que no se acomodaban sobre el seguro de la realidad.

Y para actuar sobre el seguro de la realidad, nada más pertinente que asumir cambios radicales, fundamentados en una nueva subjetividad. El mismo Martí, en 1891, había dado con la fórmula: El problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu. Durante estos diez años, Cuba y Venezuela hemos logrado, precisamente, el cambio de espíritu.

Son diez años que han estado jalonados por conquistas históricas de la mayor trascendencia, que muy difícilmente habríamos podido alcanzar sin el apoyo fraterno y solidario entre nuestros pueblos y gobiernos. Bien lo dijo Raúl el 8 de noviembre: Este convenio ha constituido, hasta el presente, la base fundamental para la consolidación de nuestros vínculos. Mediante su ejecución hemos llevado a cabo acciones de elevado beneficio económico y social para ambos pueblos.

Entre los sectores más favorecidos en estos programas se encuentran salud, educación, cultura, deportes, agricultura, ahorro energético, minería, informática, telecomunicaciones y la formación integral de cuadros, entre otros no menos importantes.

En el caso de Venezuela, basta con pensar en la Misión Robinson (la liberación de Venezuela del analfabetismo) y en la Misión Barrio Adentro (la primera experiencia histórica de ejercicio sistemático de la medicina social en nuestra Patria). Es por eso que contar con la Revolución Cubana, ha sido y es para la Revolución Bolivariana un poderoso motivo de aliento y estímulo en la batalla por nuestra definitiva Independencia.
Atrás, en el estercolero de la historia, quedarán los maquinadores y apátridas de siempre, a quienes Víctor Valera Mora apostrofaba con su verso rebelde en la década del 60 del pasado siglo: Rabian porque Cuba es el más inmediato querer / y la vergüenza de Fidel toda la dignidad en pie de guerra.

Parafraseando a nuestro Libertador, lo que Cuba y Venezuela ya hemos hecho es un preludio de lo que vamos a hacer en los próximos diez años.

II

La canalla ha convertido unas palabras de un soldado venezolano, palabras que expresan una firme posición de dignidad, en el pretexto para agredir a la Patria, transgrediendo lo que el buen sentido dictamina e insinuando cualquier tipo de intervención foránea contra Venezuela.

Esa canalla que aplaude todo lo que vomita desde Colombia un confeso narcotraficante en contra de los poderes nacionales, de nuestras instituciones y de compatriotas de dilatada trayectoria a los que me une la vergüenza patria y la vocación de servicio, es la misma canalla que pide que echemos a los leones al General Henry Rangel Silva, precisamente por diferenciarse años luz de aquella casta militar corrupta y complaciente con los intereses apátridas.

Hoy algunos voceros de aquella casta liquidada históricamente por la Revolución Bolivariana, dirigen desde los medios y desde todos aquellos lugares en donde no vean en peligro la comodidad de la que gozan, cobardes como han sido siempre, todo clase de ataques contra nuestro respetado y querido compañero de armas.

A ellos se han unido ciertos actores internacionales, tan lamentablemente anodinos en atención a los inútiles organismos que representan. Me refiero, concretamente, al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza. Sus infelices declaraciones no son otra cosa que un irrespeto contra nuestra soberanía, a sabiendas, como diplomático de largo rodaje, de las consecuencias que una declaración gratuita e irresponsable podía provocar.

Por todas estas razones que han convertido esta situación en un problema de carácter nacional, de dignidad y vergüenza patria, invité especialmente al General Henry Rangel Silva al Consejo de Ministros, el jueves 11 de noviembre, para brindarle nuestra solidaridad y sentar posición de Estado, reafirmando que Venezuela se respeta. No otra cosa pedimos.
El General Rangel, un soldado bolivariano, un soldado patriota, un soldado revolucionario, es el jefe del Comando Estratégico Operacional, y la campaña de infamias contra su persona, orquestada desde los medios golpistas, se convierte en una ofensa a nuestra dignísima Fuerza Armada Bolivariana.

Las declaraciones del General Rangel Silva son las de un soldado que ama lo que hace: un soldado comprometido con la transformación de nuestra Fuerza Armada Bolivariana; son las palabras de un oficial con un respeto sagrado a la profesión, manifiesto en la mesura e inteligencia de sus respuestas y afirmaciones.

Lo he ascendido al grado de General en Jefe como un reconocimiento a sus méritos y sus virtudes. Y como un reconocimiento, por todo lo que Rangel Silva encarna: a todos los soldados y soldadas de nuestra Patria; a las soldadas y soldados apegados al espíritu y a la letra de la Constitución Bolivariana; a las defensoras y defensores de las garantías sociales, de los derechos del pueblo.

Soldados que me leen: ¡Nunca más estaremos al servicio de la apátrida burguesía y sus amos imperiales!
Vamos para siempre con Bolívar: “Yo sigo la carrera gloriosa de las armas sólo por obtener el honor que ellas me dan; por libertar a mi Patria; y por merecer las bendiciones de los Pueblos”.
“Venceremos”.

Hugo Chávez

14/11/2010