domingo, 24 de octubre de 2010

Las líneas de Chávez No. 93

 

"Llevo tu luz y tu aroma en mi piel..."

I

Todos estos días han estado marcados por el desarrollo de una nueva gira internacional, a la que denominé, hace unos días atrás, de un marcado carácter estratégico. Hemos cumplido con un extenso periplo que es fiel reflejo de nuestra visión geopolítica. En lo que sigue, quiero ir desgranando algunas reflexiones sobre esta gira a la que considero de veras trascendente.

II

Te propongo, compatriota que me lees, que nos remontemos al año 1999: hace once años la Revolución Bolivariana, consciente de los desafíos que le tocaría enfrentar, iniciaba una audaz estrategia de política exterior en función de los supremos intereses de la Nación. Se trataba de cambiar radicalmente las reglas del juego: queríamos relacionarnos con todo el mundo y no con una parte de él. Desde un principio entendimos que, como dijera el gran pensador palestino Edward Said, “sobrevivir es hacer relaciones”.

En realidad y en verdad, por aquel entonces, estábamos aprendiendo a caminar con nuestros propios pies en el escenario internacional. No se olvide que nosotros no teníamos una política exterior propia, soberana: nuestra política exterior se trazaba desde Washington.

Hoy podemos decir, con total certeza, que tenemos una política exterior consolidada: unas relaciones internacionales fortalecidas y diversificadas, como corresponde a un país que goza de la más plena independencia política y que tiene voz propia en el concierto de las naciones. Somos un gobierno real y verdaderamente soberano para tomar nuestras decisiones hacia dentro del país, y hacia afuera cuando actuamos en el mundo.

Esta nueva gira internacional ha sido una nueva y luminosa confirmación de que Venezuela existe. Hoy ya no estamos al nivel de hacer relaciones para sobrevivir: hemos pasado a la ofensiva y hacemos relaciones para acelerar la caída de la hegemonía imperialista y asegurar el luminoso surgimiento de un mundo en equilibrio y en paz.

Parafraseando unas sabias palabras del gran estadista egipcio Gamal Abdel Nasser: nosotros, hoy por hoy, comprendemos a cabalidad el lugar que ocupamos en el mundo y el cumplimiento de la misión que nos confiere la ocupación de nuestro factor lugar. Antes, cuando éramos una colonia petrolera yanqui, no podíamos elevar colectivamente a conciencia ni el factor lugar ni, mucho menos, la misión por cumplir.

III

Dos grandes ejes han definido a esta gira internacional: la cooperación1287931333lineas_2410_1jpg energética y la construcción del nuevo mundo pluripolar. Ambos ejes están íntimamente unidos en nuestra visión y en nuestra praxis.

Hemos consolidado nuestras alianzas estratégicas con Rusia, Bielorrusia, Irán, Siria, Libia y Portugal. Igualmente, hemos iniciado un auspicioso acercamiento con Ucrania.
Detrás de cada uno de los múltiples acuerdos que hemos firmado en esta gira, no sólo está el empeño indeclinable de dignificar la vida de todas y todos los venezolanos, está, también, la encarnación de un nuevo modo de entendernos y ayudarnos en el ámbito internacional.

Tengo la certeza de que ha nacido un mundo nuevo: el mapa geopolítico es radicalmente distinto al de la última década del siglo XX o al de principios del siglo XXI.

Definitivamente, la unipolaridad ha dejado de existir. Nuestro deber es apurar el pleno nacimiento del mundo nuevo: un mundo pluripolar y equilibrado, en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, en lo militar, en lo geopolítico. Es el mundo al que se refería nuestro padre visionario Simón Bolívar: es el equilibrio del universo que nunca puede ni podrá hallarse en el seno de la guerra y de la discordia.

Urge un nuevo orden mundial: un orden en el que prevalezcan los reales intereses de los pueblos en lugar de seguirle dando preeminencia exclusiva al capital. Si el capital prevalece como fiel de la balanza internacional los poderosos se seguirán tragando las economías nacionales.

El nacimiento del mundo multipolar no debe hacernos cantar victoria antes de tiempo: existe una situación extremadamente difícil en lo económico, en lo financiero, en lo alimentario, en lo energético. Recordemos aquella lúcida orientación del Che Guevara: “debemos ponernos uno, dos pasos delante del caos”. Venezuela lo viene haciendo: estamos uno, dos, tres pasos por delante de este caos contemporáneo que es la crisis del capitalismo global. En Europa, en Estados Unidos, en buena parte del mundo, los pueblos están padeciendo las terribles consecuencias del caos capitalista. Pero los nuevos poderes fácticos se encargan de ocultar sistemáticamente la realidad: las transnacionales de la comunicación son funcionarias del capitalismo y hacen lo posible y lo imposible para tratar de sostenerlo.

Hay cifras que hablan por sí mismas y son francamente aterradoras: somos 6 mil millones de personas en el planeta y más de mil millones pasan hambre. Por primera vez, en la historia de la humanidad, la cifra de hambrientos pasó de mil millones. Es la magnitud del caos en toda su crudeza.

Hay que ponerse las manos en el corazón, y no en los bolsillos, y preguntarse cuál es el sentido de seguir legitimando semejante caos, semejante desastre. Desde el sitial del poder económico, los poderosos llevan más de un siglo reiterándonos con arrogancia: imítennos y cumplan nuestros mandatos, lo cual es otra manera de decirnos: sean complacientes y súmense al empobrecimiento indetenible de los pueblos y a la destrucción sin pausa del planeta.

Bajo las actuales condiciones, lo que se ha globalizado son las estrategias reproductivas del capital, junto con el aberrante patrón cultural que acaba garantizando la subordinación necesaria y así la pervivencia del criminal modelo capitalista. Dicho de otra manera: es la globalización de la pobreza y de la miseria. Y a quienes nos oponemos, las transnacionales de la comunicación nos convierten en forajidos y desestabilizadores del mundo. Por eso mismo, mientras más me ataquen, más iré a Teherán, más iré a Minsk, más iré a Damasco, para ratificar que somos y seguiremos siendo libres. Auténticamente libres, por ejemplo, para asumir, con el apoyo de Rusia, el camino del desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos.

IV

Hoy por hoy, la geopolítica contemporánea se está redefiniendo aceleradamente y nosotros somos parte de esta dinámica. Sin abandonar los espacios subregionales, estamos extendiendo y profundizando los lazos con naciones que comparten con nosotros la voluntad política de enfrentar decididamente a la hegemonía imperial. Se trata, entonces, de una praxis común, orientada por una ética compartida, que debe sobreponerse al viejo sentido de la territorialidad y comenzar a minar, desde distintos flancos, al sistema-mundo contemporáneo que se nos ha querido vender como el único posible.

1287931358lineas_2410_2jpgCiertamente, ya es verdaderamente imposible que el imperialismo domine al mundo: su declive es inexorable. Pero no es menos cierto que éste sigue siendo un tiempo de grandes amenazas: apuntalar con mayor solidez nuestras alianzas estratégicas con otros pueblos, tal como ha ocurrido en esta gira, es maximizar nuestra capacidad de respuesta.

Necesario es multiplicar, decimos con Bolívar, los esfuerzos sensibles y bien dirigidos para que prevalezca la causa humana, el mundo humano, la Patria humana.

Ya para finalizar, debo decir, con el mayor orgullo patrio, que hemos contribuido a que el mundo de hoy sea radicalmente otro con respecto al que era once años atrás: la multipolaridad ha comenzado a ser real y tangible. Recordemos al padre Bolívar y comencemos a congratularnos por nuestros grandes logros: no se equivocó el gran visionario cuando, al fijar su imaginación en los siglos futuros, veía a Venezuela en el corazón del universo.
Cuando salgan estas líneas, debemos estar ya cruzando el Atlántico, rumbo a la amada Patria Venezolana.

Y vamos cantando, rumbo al Sur: “Llevo tu luz y tu aroma en mi piel…” “Llevo en mi sangre la espuma del mar y tu horizonte en mis ojos” ¡Venceremos!
Hugo Chávez

lunes, 11 de octubre de 2010

Las Líneas de Chávez No. 92

¡Agropatria!


Toda esta semana ha estado marcada por el inicio del nuevo año escolar 2010-2011: por la continuidad y profundización de la Revolución educativa en marcha.

Decía nuestro Libertador que “el primer deber del Gobierno es dar educación al pueblo”. Y durante estos once años de Revolución Bolivariana la educación popular ha sido y es, como nunca antes en nuestra historia contemporánea, el primer deber en el ejercicio de Gobierno: el primer y obligante deber de cuyo riguroso cumplimiento depende la configuración de un nuevo modelo de sociedad y un nuevo modo de vida sin explotación, dominación o enajenación alguna. Este es el camino por el que andamos y nada ni nadie nos va a sacar de él.

Hemos rescatado la plena vigencia del Estado docente: una responsabilidad que es indelegable e intransferible. Partimos del principio de que todo modelo educativo está determinado histórica, cultural, política y socialmente: no hay modelo educativo neutro ni atemporal.

Dentro del proceso de transición al socialismo, nuestro modelo educativo tiene necesariamente que orientarse hacia la constitución de una nueva subjetividad: es el hombre nuevo y la mujer nueva, capaces de realizar plenamente todas las potencialidades de lo humano; que forman su alma, su mente y su corazón, diciéndolo bolivariana y robinsonianamente, “para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso”. Se trata entonces, verdaderamente, de un proyecto antropológico, tan radical como trascendente, que se ha ido convirtiendo en praxis emancipatoria, en energía liberadora.agroisleña
Si de números se trata, hay una cifra que habla por sí sola: hoy tenemos en la educación formal a casi 10 millones de venezolanos y venezolanas, sin incluir a quienes se forman en las Misiones Sociales. Son exactamente 9,7 millones de compatriotas, distribuidos en todos los niveles, desde la educación inicial hasta la universitaria. Venezuela es, hoy por hoy, el aula más grande del mundo. Esta es una ruptura histórica total con el pasado: hace 11 años no pasábamos de los últimos lugares en la tasa de escolaridad a nivel mundial.
Un logro que me complace destacar es que Venezuela ocupa el quinto lugar mundial en tasa de escolaridad universitaria con 2,1 millones de estudiantes. Luego de 11 años de Revolución, sólo Cuba nos supera en nuestro continente.

Hace 11 años Venezuela contaba con 169 mil maestros: una cifra paupérrima que revela el estado de abandono de la educación pública y la marcha inexorable hacia su privatización. Hoy contamos con 584 mil educadores, pero nuestro objetivo es llegar al millón: un objetivo que alcanzaremos a través del Programa Nacional de Formación de Educadores.

Veamos otra cifra que marca la diferencia: cuando llegó la Revolución, el programa de alimentación escolar (PAE) beneficiaba sólo a 119 mil estudiantes, mientras que hoy beneficia a más de 4 millones de niños, niñas y jóvenes. ¡Más de 3.000%! Esto es sólo posible en Revolución.

Podría seguir dando cifras y enumerando logros, pero se me iría todo el espacio. Quiero insistir en la necesidad imperativa de que nuestra estrategia comunicacional e informativa se reimpulse al cuadrado, o al cubo, para proyectar y destacar todo lo que hemos hecho y estamos haciendo en materia educativa: tenemos que desatar toda nuestra creatividad para que estas cifras y estos logros sean para nuestro pueblo verdad común y compartida.

II
Quiero reseñar las cuatro inauguraciones de centros educativos a las que asistí esta semana: el lunes 4, con el arranque del año escolar, estuvimos inaugurando el Liceo Ecológico Bolivariano “Pedro Arenas Bolívar” en Araure, estado Portuguesa, y la Escuela Nacional Bolivariana “Héctor Rojas Meza” en Cabudare, estado Lara; el miércoles 6 de octubre asistimos a la apertura de la Aldea Universitaria “4 de Febrero” en Tinaquillo, estado Cojedes; y el viernes 8 de octubre –en el Día del Guerrillero Heroico y con el Che vivo y combatiente en la memoria– estuvimos inaugurando el Liceo Ecológico Bolivariano “Gral. Müller Rojas”, allá en el bonito Valle de Fuerte Tiuna. Son cuatro infraestructuras modélicas en su concepción y realización, con un profundo sentido socialista, humanista, revolucionario.

Se imponen algunos comentarios en relación con estas inauguraciones.

Quiero decir que me llevé un recuerdo imborrable de la Héctor Rojas Meza: ver la felicidad de tantos niños y niñas al recibir su computadora Canaima y saber que ahora cuentan en casa con una herramienta fundamental para su proceso educativo. El lunes comenzamos la entrega de las primeras 19 mil computadoras, distribuiremos de forma gratuita durante este año escolar 243 mil a niños de primer grado y 525 mil a niños de segundo grado, hasta llegar a la meta: todos los niños y niñas de primaria tendrán su “Canaima”. Estamos derrotando a la exclusión y garantizando el acceso a las nuevas tecnologías.
Por otra parte, me parece de la mayor importancia el sistema de aprendizaje agroecológico que se incorpora al componente formativo en los liceos y escuelas ecológicas bolivarianas. Optar por la agroecología es optar por el porvenir de la humanidad y por la salvación del planeta; es deslindarse de la destructividad capitalista y reconectarse con los saberes y con el amor por la tierra de la agricultura indígena.

No puedo pasar por alto la necesidad que tenemos de acelerar la construcción de Aldeas Universitarias en todo el país: vamos a inaugurar 7 en lo que resta de año, y estamos rehabilitando 19, pero la cifra es modesta y me siento inconforme. El proceso de municipalización universitaria no puede estancarse ni mucho menos detenerse.

Un último comentario: qué estimulante y alentador ha sido encontrarme con los niños y las niñas y los jóvenes y las jóvenes de Venezuela durante esta semana. Ellos y ellas son el espacio y el tiempo de la Patria resucitada: de la Patria buena y bonita. Uno se hace estudiante de nuevo entre tanta muchachada y rememora cuánta herencia ha dejado en uno el paso por la escolaridad y se llena de esperanzas y casi palpa el porvenir. Uno se reafirma en la poderosa convicción de que nada es más importante ni más decisivo que la educación de nuestros niños y jóvenes: de todos nuestros hijos, de todas nuestras hijas.

III
Lo digo en voz alta y clara: nada está por encima de los sagrados intereses de la Patria. Recuerdo aquellas palabras que escribiera Martí en 1873: “La Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”. Y nosotros queremos y estamos decididos a hacer vivas esas palabras.
Hago esta reflexión necesaria, a propósito de la decisión que asumimos el domingo pasado de expropiar a la compañía trasnacional Agroisleña, ya que algunos sectores se empeñan en tergiversar la medida con espurias motivaciones políticas.
El pueblo está consciente de los enormes esfuerzos que venimos realizando no sólo para hacer justicia en la tenencia de la tierra, sino también para conquistar nuestra soberanía alimentaria. Por todo ello, teníamos que impedir a toda costa que el oligopolio Agroisleña siguiera extorsionando a nuestros campesinos con sus precios y con el elevado interés de sus créditos, amén de imponernos un paquete agrotóxico y ecocida trasnacional que deteriora nuestros suelos con productos de alta incidencia ambiental. Tenemos, entonces, que esta empresa ejemplificaba todas las perversiones del capitalismo.
En varias ocasiones se les advirtió de la necesidad de acoplarse a los planes implementados por el Gobierno nacional, sin que estos llamados fuesen atendidos. Procedimos a expropiar por razones de interés nacional.

La nacionalización de Agroisleña va a contribuir tanto en el abaratamiento de los alimentos, y con ello a la disminución de la inflación, como a la salvaguarda ecológica de nuestros suelos.

Tengamos presente lo que bien señala el destacado agroecólogo venezolano Miguel Ángel Núñez: Agroisleña tiene numerosos pasivos sociales, labores y ambientales. En realidad y en verdad al nacionalizarla estamos comenzando a saldar una deuda histórica con el campo venezolano.

Quiero desde aquí expresarles a todas y todos los trabajadores de Agroisleña, que este Gobierno se hace responsable, como se ha responsabilizado siempre, de su estabilidad laboral y de la garantía de todos sus beneficios contemplados en nuestras leyes: contamos con ustedes para que la empresa crezca y rinda sus mejores dividendos al servicio del pueblo trabajador.
Agroisleña es ahora propiedad popular, propiedad patria. Y ese es precisamente el nuevo nombre que le damos desde ahora: ¡Agropatria!.

Sepan los latifundistas que se acabó este oligopolio del que tanto se beneficiaron: ahora es cuando la Revolución agraria va a acelerarse.

Digámoslo con el General Zamora:

“Tierras y Hombres Libres”

“Venceremos"
Hugo Chávez

domingo, 3 de octubre de 2010

Las Líneas de Chávez No. 91

¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!

I

¡Gloria al bravo pueblo ecuatoriano! ¡Gloria a los dignos soldados del Ecuador, hijos de Bolívar, Sucre, Manuela y Eloy Alfaro! ¡Y gloria al valiente Rafael Correa!

¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!

¡Gloria a ti! Ya tu pecho rebosa,

gozo y paz, y tu frente radiosa

más que el sol contemplamos lucir.

Fue ese mismo valor y orgullo patrio, tan bien plasmado en la letra del Himno Nacional del Ecuador, el que, desde temprano, nos auguraba que el jueves 30 de septiembre la canalla se estrellaría contra el pueblo ecuatoriano, contra su pueblo enarmas, inspirado por el ejemplo luminoso de todos sus libertadores y libertadoras.

Debo reconocer que el pueblo ecuatoriano le quitó al nuestro el récord de hacer trizas la pretensión oligárquica e imperial de doblegar nuestra decisión de ser libres: en menos de doce horas las ecuatorianas y los ecuatorianos, encarnando un solo y heroico coraje, derrotaron la aventura golpista y escribieron una de las páginas más bellas de nuestra historia contemporánea. Pero cuánta alegría y cuánto orgullo de que así haya sido porque, no lo olvidemos, la fracasada intentona, manufacturada desde Washington, no sólo buscaba desplazar al Gobierno de Correa del poder, sino golpear al ALBA y a la Unasur.

Hay que llamar las cosas por su nombre: lo ocurrido en Ecuador fue un intento de golpe de Estado contra un Gobierno legalmente constituido y que ha sido ratificado popularmente una y otra vez. ¿Quién puede creer en una asonada policial por reivindicaciones salariales? Ya no hay duda de ello: otras fuerzas, otros intereses ocultos actuaron y siguen actuando en la sombra contra la Revolución Ciudadana. Tras bastidores, en primer término, están las cloacas mediáticas de Ecuador, con el abierto apoyo de sus pares en todo el mundo: CNN, por ejemplo, hablaba el 30 de septiembre de un golpe de Estado “constitucional”.

Sin duda, los guiones tienden a repetirse, y al igual que pasó conmigo en el 2002, a Rafael Correa se lo redujo a la condición de Presidente secuestrado. Yal fracasar el plan A, que era el golpe de Estado, como lo ha recordado el propio Correa, se activó el plan B: el magnicidio. Gracias a Dios y al espíritu de Bolívar, no pudieron consumar su siniestro objetivo.

Lo digo con toda responsabilidad: Washington ha desempolvado el viejo expediente de los golpes de Estado para dar al traste con aquellos gobiernos que no se le subordinan. El imperio sabe que por la vía electoral sus fuerzas satelitales y cipayas tienen todas las de perder.

Una vez más la Unasur ha demostrado que no nació para hacer política simbólica: supo actuar, en esta difícil coyuntura ecuatoriana, con la misma voluntad política y la misma determinación que en septiembre de 2008 para abortar el golpe de Estado que estaba en desarrollo en Bolivia. El hecho de que todos los presidentes nos reuniéramos en Buenos Aires en horas de la noche del mismo 30 de septiembre, para ofrecerle todo nuestro respaldo al Gobierno de Correa, es una clara señal, para la derecha, de que el golpismo fascista ya no tiene vida en la América del Sur.

Quiero recordar, con el cantor del pueblo venezolano, Alí Primera, esa tradición traidora de la oligarquía ecuatoriana y latinoamericana que segara la vida del Abel de Nuestra América:

Pero en Berruecos un día

afinó la puntería

escondida la traición

todavía no te vengamos

pero el pueblo va trochando

en busca de la canción

que se eleve victoriosa

como hermosa mariposa

convertida en tricolor.

Es la canción que se elevó victoriosa este 30 de septiembre como hermosa mariposa convertida en el tricolor ecuatoriano. Para Rafael Correa toda nuestra admiración por el coraje principista que demostró exponiendo su vida. Por mantenerse firme y no ceder ante presiones y chantajes. Por hablar claramente, luego de ser liberado, cerrándole todos los caminos a la impunidad.

Un solo canto se oyó y se oye, desde Caracas hasta Buenos Aires:

¡¡Alerta, alerta,

alerta que caminan

Manuela, Sucre y Bolívar

por América Latina!!

II

El que tenga ojos, que vea; el que tenga oídos, que oiga. El domingo 26 fue una demostración más del carácter democrático, no sólo del Gobierno que conduzco, sino de nuestra República Bolivariana.

El hecho de que el 66,45% de los electores y las electoras inscritos en el Registro Electoral expresaran su opinión y voluntad en unas elecciones parlamentarias —algo inédito en nuestra historia, debo enfatizarlo—, es una prueba más que contundente de la solidez de nuestro modelo democrático y, al mismo tiempo, es la mejor refutación a la permanente campaña mediática de que vivimos en dictadura. A esto se suma el hecho de que nuestro organismo electoral constituye en sí mismo un poder autónomo e independiente. Con esto quiero decir que no está subordinado ni depende de otro poder.

Ahora bien, el proceso electoral y sus resultados nos permitieron despejar, no sólo las dudas y los llamados “escenarios”, sino también el horizonte político nacional de cara a esta segunda década del siglo XXI, en cuyo marco se ha comenzado a desarrollar el tercer ciclo de la Revolución Bolivariana (2009-2019).

En efecto, no se concretaron ni el mejor ni el peor de los escenarios. La Revolución colocó la vara bien alta, pero no pudo obtener los dos tercios. Esto tendremos que evaluarlo con un profundo sentido autocrítico.

Por su parte, la contrarrevolución no pudo —y vaya que lo trataron y lo pregonaron sus variopintos dirigentes— quitarle al pueblo la mayoría en la Asamblea. Y esto, hay que decirlo, les va a costar caro. Sólo que se darán cuenta una vez les pase la borrachera por su “triunfo”, muy parecida por cierto al aquelarre que montaron en el salón “Ayacucho” de Miraflores, aquel tristemente célebre 12 de abril de 2002.

Así que, con todo lo que tengamos que revisar, rectificar y relanzar (las 3R pero ahora al cuadrado), la Revolución Socialista sigue su marcha. Hemos obtenido una nueva victoria. ¡Y esa victoria se cobrará!

Ni habrá pacto con la burguesía ni habrá desenfreno revolucionario.

Seguiremos avanzando y construyendo el socialismo, al ritmo y a la velocidad que impongan las circunstancias, entendidas estas como la síntesis entre las condiciones objetivas y las condiciones subjetivas.

Pero quiero que me lean bien todos y todas: ¡Nada ni nadie detendrá la Revolución socialista, democrática y bolivariana!

Dentro de nuestro ejercicio crítico y autocrítico hay un elemento que cobra la mayor importancia: la distancia que se pudo comprobar entre el impresionante nivel de convocatoria durante toda nuestra campaña electoral, y la traducción de éste en votos efectivos. Ello exige una mayor afinación de nuestra estrategia para la trascendente batalla electoral de 2012.

Ahora bien, compatriota que me lees, mirémonos en el espejo ecuatoriano: la derecha va a usar sus espacios en la Asamblea con el único objetivo de sabotear y desestabilizar. Ya se ha puesto en evidencia, queriendo dar la impresión de que es mayoría y proyectándose así mediáticamente. No vienen los diputados de la contrarrevolución a trabajar por nuevas leyes, menos aún por Venezuela: “Vamos por Chávez”, han gritado. Su ambición es liquidar definitivamente a la Revolución Bolivariana. A la contrarrevolución le hablo; incluso, si me lo permiten, les aconsejo: no se vayan a equivocar de nuevo, sobrestimando sus fuerzas y subestimando las nuestras. Les pudiera salir muchísimo más caro. Mejor aprendan a bailar joropo, al compás del arpa bolivariana.

Y a los revolucionarios y revolucionarias les hablo:

Se impone el más vigoroso relanzamiento de las tres “R”, pero al cuadrado: su aplicación a fondo es decisiva para generar las condiciones que nos permitan obtener una victoria aplastante en las elecciones presidenciales de 2012, que serán también para gobernadores y alcaldes. ¡La fórmula de ahora es 3R2! Tendremos que despejarla…

Igualmente debemos propiciar un amplio debate interno de cara a la que fue nuestra bandera en la campaña electoral: ¡El pueblo pa’ la Asamblea! Esto tenemos que traducirlo, con eficacia política y calidad revolucionaria, en nuestra divisa y en nuestra praxis. Llegó la hora del pueblo legislador en ejercicio.

III

Tal y como lo hice saber vía Twitter este jueves, hemos acelerado la reubicación de las familias damnificadas, guiados por el supremo sentimiento del amor y de la solidaridad para quienes están urgidos de socorro y ayuda. Continúan las lluvias, y los pronósticos no son nada alentadores, por lo que debemos mantenernos en alerta y ser previsivos procediendo con los desalojos donde la inminencia del peligro obligue, manteniendo el contacto y la comunicación directa con nuestras comunidades quienes son las que nos pueden dar mejores luces al respecto.

IV

Mañana lunes 4 de octubre arranca el nuevo año escolar 2010-2011. Bien lo dijo el Libertador: “Llámese a la escuela sociedad”.

A partir de mañana, con el inicio del año escolar, sigamos haciendo de toda la Patria una escuela y pintemos sus aulas de pueblo. Vamos todos y todas: estudiantes, educadores y educadoras, padres y representantes, trabajadores y trabajadoras, comunidades. Vamos todos y todas. Cada año escolar, en tiempo de Revolución, debe entenderse como una batalla por nuestra definitiva Independencia.

Digamos con Bolívar, estudiantes y educadores, padres y madres, todas y todos:

“Las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación. Ellas vuelan, si ésta vuela; retrogradan, si retrograda. Se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe o absolutamente se abandona”.

¡Patria socialista o muerte!

¡¡Venceremos!!