domingo, 28 de febrero de 2010

Las Líneas de Chávez No. 61

¡Del Caracazo a la Revolución!


*Hugo Chávez Frías.

Aconteció en Cancún, en la Riviera Maya, los días 22 y 23 de febrero: el sueño visionario del Libertador remontó los tiempos para encarnarse de nuevo en México. Para decirlo con Bolívar: “el bien inestimable de la unión es el objetivo”, y cobró toda su significación y trascendencia en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe. Demasiado largo ha sido ya el tiempo de las fragmentaciones impuestas, de las distancias indeseadas, de las lejanías interesadas que no han hecho más que dejarle el campo abierto a todas las tropelías y atropellos del imperio. Ciertamente, la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe nace como un espacio de articulación: la unión es la visión de largo plazo y el punto de llegada. La unión no se decreta, se debe ir construyendo, paso a paso, respetando las diferencias que existen entre nuestros países.

Ahora bien, hemos conquistado un sólido punto de partida. A partir de esta Cumbre convocada y organizada por el Grupo de Río, el imperativo de la unidad ha cobrado nuevos bríos, va apareciendo con perfil propio y con una inexorable voluntad plural y colectiva.

Ha llegado la hora de los pueblos y ha comenzado a sonar en todos los relojes: la hora de fundirnos en una verdadera hermandad continental, para honrar de forma activa, en esta Era Bicentenaria, el legado de dignidad plena de nuestras libertadoras y libertadores. He allí nuestro desafío histórico: no sólo ser sus herederos y herederas, sino sus continuadores y continuadoras.

La creación de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, como lo dije en México, hace renacer el supremo sueño de Bolívar, de Martí y de todos y todas los que creyeron en la unidad como valor de existencia para nuestros pueblos y lucharon por su realización. Doscientos años de batalla reafirman una certeza histórica común y compartida: nuestros pueblos son, en definitiva, un solo pueblo en toda la extensión de la Patria Grande.

Estamos conscientes de que no va a ser fácil avanzar hacia la unidad: el prontuario de ignominias de Estados Unidos en nuestras tierras así nos lo hace suponer. Unirnos para ser cada vez más libres, independientes y soberanos es algo que, social y políticamente, impide el desarrollo de la agenda imperial y neocolonizadora gringa: no olvidemos que el imperio, a lo largo de nuestra historia, ha logrado mantenernos divididos para debilitarnos y, finalmente, dominarnos.

Lamentablemente, la OEA se convirtió en su principal instrumento de dominación y, por ello, debe desaparecer más temprano que tarde.

En torno al penoso incidente con el Presidente colombiano, no creo conveniente decir más de lo que ya he dicho: ante todos los asistentes a esta Cumbre quedó develada su intención provocadora para desvirtuar el supremo objetivo que nos reunía. No podemos confundir lo subalterno con lo trascendente: la realización de la unidad de quienes compartimos lazos históricos y fraternos fue el espíritu de Cancún. El espíritu que se hizo carne en el respaldo unánime a la Argentina, que batalla por la plena recuperación de su soberanía sobre las islas Malvinas; el espíritu que se hizo carne en la decisión unánime de maximizar nuestro respaldo económico al pueblo haitiano para que le haga frente, en las mejores condiciones, a la tragedia que hoy padece; el espíritu que se hizo carne en la voluntad unánime de romper con la secular exclusión de la Cuba revolucionaria.

Como lo dijo la presidenta Bachelet, recordando al presidente mártir Salvador Allende: partimos de Cancún con la mayor alegría, con plena confianza en la sabiduría de los pueblos para ir forjando su propio destino e ir abriendo así aquellas anchas alamedas de dignidad.

Como quería Bolívar, nos estamos llamando al orden y a la razón para que la Patria Grande, independiente y unida, sea el hermoso patrimonio que le leguemos a la posteridad.

II

El jueves 25 de febrero se produjo el lanzamiento de La Radio del Sur, voz de la Patria Grande. Se trata de una poderosa red conformada por más de 100 radioemisoras, que no sólo abarca a toda Nuestra América sino que se extiende a África y Asia: el Sur también existe y está batallando, en todos los terrenos, por el nacimiento de un mundo donde quepan muchos mundos.

Contamos ahora con un nuevo instrumento para la batalla comunicacional e informativa, por la soberanía cultural de nuestro Sur y para seguir desalambrando los latifundios mediáticos.

Debido al peso que tiene la televisión en la vida contemporánea, hay una cierta tendencia a menospreciar el universo radiofónico y su alcance. Craso error: el potencial de la radio para la descolonización cultural y la transformación de las conciencias es muy grande. Tengo la certeza de que La Radio del Sur se encargará de demostrarlo fehacientemente.

Las voces del Sur —tan plurales como diversas— tienen mucho que decir y merecen ser escuchadas: a través de esta red de radioemisoras vamos a poder escucharnos plenamente y sin interferencias. A través de La Radio del Sur vamos a poder conocernos y reconocernos.

III

Hoy 27 febrero escribo esta nueva entrega de Las líneas de Chávez: hoy, en este día, estamos conmemorando 21 años del Caracazo. Mejor dicho, del Venezolanazo porque la rebelión popular de febrero de 1989 se extendió por todo el país. Ciertamente su epicentro estuvo en Caracas pero fue de carácter nacional.

Quiero recordar unas palabras de aquel fundador del pensamiento nuestroamericano llamado Simón Rodríguez, porque mañana, cuando se publique esta edición de Las Líneas, estaremos conmemorando el 156° aniversario de su desaparición física. Robinson avizoró y caracterizó, como nadie, nuestra tragedia histórica, al decir que somos “miserables en medio de la abundancia”. Un 27 de febrero de 1989 nos cansamos de serlo y dijimos ¡basta!

27 de febrero de 1989: el hecho político de mayor trascendencia del siglo XX venezolano y la fecha del Renacimiento de la Revolución Bolivariana. El mismo año en que caía el muro de Berlín, el pueblo venezolano despertaba y se alzaba contra el Fondo Monetario Internacional y el neoliberalismo, dándole un rotundo mentís a la falacia del “fin de la historia”: una nueva historia comenzaba en Venezuela con la rebelión de los pobres, con la conciencia de lucha, de batalla, que encarnó en las seculares víctimas de la desigualdad y la exclusión. Una nueva historia escrita con la heroica sangre popular venezolana.

A nosotros y nosotras sí que nos está prohibido olvidar: en 1989 se cometió el más grande genocidio de la historia de Venezuela del siglo XX. El más sistemático y criminal ejercicio de terrorismo de Estado se desarrolló en los primeros días de marzo, luego de que la rebelión se había apagado.

El genocida mayor es Carlos Andrés Pérez, pero no el único: reos de genocidio serán, por toda la eternidad, los personeros de su Gobierno, los cogollos de AD y Copei, los integrantes del Alto Mando Militar para aquella fecha, las cúpulas de Fedecámaras y Consecomercio, los dueños de los latifundios mediáticos y pare usted de contar.

Necesario es, en este día, rendirle tributo a nuestros mártires: ellos y ellas viven en la victoria de la Revolución Bolivariana. Como decía una luminosa e imperecedera consigna que nació del febrero rebelde de 1989: “No hay pueblo vencido”. Y nunca más habrá pueblo traicionado.

Vamos a hacer memoria, vamos a seguir forjando memoria colectiva: saber de dónde venimos es decisivo para no perder el rumbo hacia el socialismo, esto es, hacia nuestra independencia definitiva.

IV

En la madrugada de hoy, sábado 27 de febrero, recibimos la mala nueva del devastador terremoto que sufriera la hermana Patria chilena: vaya el testimonio de nuestra total solidaridad con el pueblo chileno y con el Gobierno de la compañera Michelle Bachelet, junto con la más sentida expresión de nuestro dolor nuestroamericano para los familiares de las víctimas. Llegue, también, la más viva y solidaria palabra de aliento a todos los hermanos y hermanas que han sido afectados directamente por esta catástrofe.

Venezuela está a la orden de Chile en esta trágica coyuntura y pone a su disposición todos los medios humanos y materiales con los que modestamente contamos, que puedan contribuir a salvar vidas humanas y a reparar los daños causados por este terrible sismo. Así se lo hice saber a la Presidenta Bachelet.

Vaya un fuerte abrazo para la valiente Michelle quien, desde un primer momento, junto a su Gobierno, se puso al frente de las labores de rescate y de restablecimiento de la normalidad.

Con Chile en el corazón del pueblo de Venezuela y con, para decirlo desde Neruda, la luz de Chile enarbolada en cada uno de nuestros corazones, vaya un infinito abrazo para el pueblo de Salvador Allende, y de manera particular para la muy respetada y querida comunidad chilena que vive junto a nosotros en Venezuela.

Lo decimos con Bolívar: “somos los pueblos de las dificultades”…

¡Patria socialista o muerte!

¡Venceremos!

*Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

domingo, 21 de febrero de 2010

Las Líneas de Chávez No. 60

¡Rumbo al Estado Comunal!

Nº. 60 de fecha 21 de febrero de 2010. El Presidente insiste en que la realidad territorial venezolana debe ser transformada y, por eso, la necesidad de configurar una nueva geometría del poder que se convierta en el reordenamiento popular, comunal y socialista de la geopolítica de la Nación.

I
“Zamora vive, la lucha sigue”, es la consigna que cobra vida en nuestro pueblo. No podía tener marco más propicio la promulgación de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno que el acto de develación de la estatua del General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora en el parque El Calvario de Caracas. Nos acompañaron en esta luminosa jornada representantes de consejos comunales de todo el país, junto al poder legislativo.


Se cumplieron 151 años del inicio de la Guerra Federal (1859-1863): fue un 20 de febrero de 1859 cuando Tirso Salaverría comandó la Toma de Coro para luego lanzar el Grito de Federación. Mayor homenaje, entonces, no podíamos brindarle a Zamora que entregando a nuestro pueblo una ley destinada a contribuir con su liberación definitiva.


II
“Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”, escribía nuestro1266713567foto_2 Libertador Simón Bolívar el 28 de octubre de 1828 al general Antonio José de Sucre. He aquí el espíritu y nervio motor de nuestro actual Bolivarianismo: lo comunal, lo social ante todo y por sobre todas las cosas. Razón tenía Simón Rodríguez al decir en sus Sociedades Americanas de 1828: “Se verá que hay dos especies de política: popular y gubernativa: y que primero son políticos los pueblos que sus gobiernos”.
Hoy podemos decir que ya tenemos una sociedad altamente politizada, en el justo sentido y significado del término, y que nuestra Revolución Bolivariana es consecuencia directa de tal politización, cuyo punto de estallido fue el 27 de febrero de 1989, rebelión popular que el próximo sábado cumple su vigésimo primer aniversario. Recordemos aquello que decía el gran revolucionario venezolano Kléber Ramírez —Historia documental del 4 de febrero (1998)— allá por agosto de 1992 en el más puro espíritu robinsoniano: “…llegó la hora para que las comunidades asuman poderes de Estado, lo que conllevará administrativamente la transformación global del Estado venezolano y socialmente el ejercicio real de la soberanía por parte de la sociedad a través de los poderes comunales”.


Estas son las razones por las que este sábado 20 de febrero hemos promulgado y lanzado la nueva Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno. Con ella abrimos aún más las puertas para avanzar en la distribución del poder en las manos del pueblo, adquiriendo el Estado mayor eficiencia y eficacia y, por sobre todo, unidad para cumplir las funciones que le otorga la Constitución.


Una y otra vez lo he dicho: la realidad territorial venezolana debe ser transformada y, por eso, la necesidad de configurar una nueva geometría del poder que se convierta en el reordenamiento popular, comunal y socialista de la geopolítica de la Nación.


Por socialismo entendemos democracia sin fin, siguiendo en esto al gran teórico portugués Boaventura de Sousa Santos. De allí, entonces, nuestra firme convicción de que la mejor y la más radicalmente democrática de las opciones para derrotar el burocratismo y la corrupción es la construcción de un Estado comunal que sea capaz de ensayar un esquema institucional alternativo en la misma medida en que se reinventa permanentemente.


Con esta ley debemos comenzar —en serio y en real, como solía decir García Bacca— el desmontaje de todo el corroído andamiaje colonial sobre el cual se levanta una organización territorial con la que se pretendió hacer trizas la unidad nacional. Y por supuesto que el Poder Popular jugará un papel principal, esencial diría yo, en la transformación radical de nuestra geografía.


III
Desde la entrada en vigencia de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en el 2001, la oligarquía latifundista puso en marcha una agenda violenta contra el rescate de las tierras comunes y el ejercicio pleno del derecho consagrado por la Ley de Tierras y por la misma Constitución. Ante la arremetida contra el pueblo campesino a través de una escalada de agresiones, sabotajes y ejecuciones sicariales por las fuerzas más retrógradas de nuestra sociedad, el deber indelegable del Estado nacional bolivariano y el Gobierno Revolucionario es proteger al campesinado: defenderlo con todos los medios a su alcance. La Milicia Campesina nace para cumplir con ese deber, colocando el énfasis en el protagonismo y la responsabilidad del campesinado como sujeto colectivo en función de su propia defensa.


Los primeros ejercicios de la Milicia Campesina, que realizamos en El Pao, estado Cojedes, el pasado viernes, son apenas una primera muestra del desarrollo de un cuerpo armado popular para salvaguardar nuestra integridad y nuestra soberanía en los campos de Venezuela. ¿Quién más que la comunidad conoce mejor que nadie las dinámicas, las actividades, las fallas y los aspectos esenciales en materia de seguridad en su localidad; lo mismo en materia geográfica, espiritual y material?


La Milicia Campesina, así como la Milicia Bolivariana como totalidad, no son fuerzas paramilitares, como los sesudos analistas de siempre quieren hacer ver, menos aún si concebimos semejante palabra dentro de la semántica reaccionaria colombiana. Por el contrario, la Milicia Bolivariana (cuerpo absolutamente regido por una Ley), al igual que los consejos comunales, son expresiones del nuevo Estado comunal; parte integral de las nuevas estructuras de poder comunal que venimos construyendo.


La Milicia Bolivariana es uno de los componentes de la Fuerza Armada Bolivariana y, por tanto, ni la socava, ni mucho menos pretende suplantarla. Lo que molesta e irrita a quienes difunden esta clase de mentiras, es que la Fuerza Armada se haya reencontrado con su identidad originaria: pueblo en armas.


La Milicia Campesina encarna hoy un principio trascendente: la defensa de la propia tierra, de nuestra tierra. Defensa contra el eventual agresor externo, pero también contra el agresor interno que se ha amparado, durante demasiado tiempo, en un verdadero estado de impunidad que ha contado con la venalidad de ciertos tribunales de la República que amparan y protegen a los latifundistas y criminalizan a los campesinos y campesinas que quieren hacer valer la Ley de Tierras.


El pasado 15 de febrero se cumplieron 191 años del memorable Discurso de Angostura. La Guerra de Independencia no había terminado pero en el verbo de nuestro Libertador se encarna la reconquista de nuestra identidad como Patria y se dibujaba la impronta libertaria de Venezuela. Recordemos unas líneas luminosas que confirman la razón de ser de nuestras Milicias Campesinas, nuestras milicias zamoranas: “La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Sí, los que antes eran esclavos, ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria”.


¡Vamos, con Zamora, con Róbinson y con Bolívar, hacia el Estado Comunal!
¡Hacia el socialismo!
¡¡Venceremos!! 

Hugo Chávez Frías

domingo, 14 de febrero de 2010

Las líneas de Chávez No. 59

Desde Barquisimeto...

Nº. 59 de fecha 14 de febrero de 2010. En el inicio del Ciclo Bicentenario, llegó la hora para que la juventud tome la vanguardia. Sobre sus hombros descansa y descansará el porvenir de la consolidación y profundización de nuestro socialismo

I
En el punto de partida, quiero reflexionar, una vez más, sobre lo que es una urgencia mayor: la difícil situación por la que atraviesa el país, hoy por hoy, en materia eléctrica.

El lunes 8 de febrero, luego de una extensa y minuciosa evaluación, nos vimos en la imperiosa necesidad de decretar estado de emergencia eléctrica en todo el territorio nacional. Así mismo, anunciamos la conformación de un Estado Mayor Eléctrico con el propósito de enfrentar, con la celeridad del caso, esta crisis que es de carácter coyuntural.

Quiero destacar la sustantiva inversión que haremos este año en materia eléctrica: 4 mil millones de dólares. Una inversión que va a permitirnos, entre otras cosas, aumentar nuestra capacidad de generación termoeléctrica.

El problema no reside, entonces, en la falta de inversión.
Independientemente de las fallas y los retardos en algunos proyectos, cosa que hemos asumido con el más riguroso sentido autocrítico, el problema eléctrico se debe a una severísima y prolongada sequía.

¿Cuál es el origen de estas condiciones ambientales tan adversas? No dudo a la hora de responder: la destructividad que es intrínseca al sistema capitalista. Su voracidad consumista y depredadora no se detiene ante nada.

Para superar la presente crisis el conjunto de medidas que hemos tomado debe ir acompañado, inexorablemente, por la creación de una nueva conciencia colectiva que evite el derroche y el despilfarro.

El Gobierno, de manera responsable, como lo ha demostrado en distintas ocasiones, está actuando —tomo la expresión de Rómulo Gallegos— con la escrupulosidad y la energía debidas. Sin embargo, ciertos grupos políticos apátridas han querido sacar provecho del problema eléctrico: así de desalmados son. Por un lado, dicen que desobedecerán los límites del consumo como forma de provocación; por otro que de lo que se trata es de un aumento del servicio bajo cuerda, sin hablar de que nos hacen responsables hasta de la sequía. Déjense de locuras y quieran -así sea un poquito- al país.

II
El miércoles 10 de febrero anunciamos los nuevos socios que trabajarán con nosotros en el Bloque Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco. El Bloque Carabobo I fue adjudicado a un consorcio integrado por la petrolera española Repsol, la malasia Petronas y las indias ONGC, Oil India Corporation e India Oil Corporation. Igualmente, un consorcio conformado por la petrolera estadounidense Chevron, las japonesas Mitsubishi e Inpex y la venezolana Suelopetrol se adjudicó el Bloque Carabobo III.

Estamos hablando de dos grandes consorcios, por el peso específico de las empresas que los integran.

Se ha caído, una vez más, el tinglado mediático. Tanto las transnacionales de la comunicación como sus apátridas réplicas locales han quedado, una vez más, en evidencia: mienten flagrantemente cuando dicen que no hay condiciones reales ni seguridad jurídica para invertir en y con Venezuela.

III
De la mayor trascendencia fue el acto del jueves 11 de febrero dentro de la dinámica del I Congreso Extraordinario del PSUV: el partido tomó la decisión, histórica decisión subrayo, de elegir por la base a sus abanderadas y abanderados para las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre. Vamos a primarias el 16 de mayo: las mismas estarán precedidas por un proceso de autopostulación (4 al 7 de marzo) y campaña interna (24 de abril al 14 de mayo). Del 17 al 21 de mayo se harán las respectivas proclamaciones.

El PSUV se juega, a todo riesgo, la carta de la transparencia y de la radicalización de la democracia. Parafraseando a Mariátegui: para vencer categóricamente en septiembre hay que cerrar filas por la base y desde la base popular que respalda a la Revolución Bolivariana, comenzando, por supuesto, con la base militante del PSUV. Esta imprescindible cohesión popular sólo puede ser fruto del ejercicio más amplio e ilimitado de la democracia: el PSUV está dando el ejemplo y señalando el camino.

Véase, por el contrario, el más que lamentable espectáculo que está en pleno desarrollo en las filas de la contrarrevolución: una verdadera pelea a cuchillo por las candidaturas sin el menor respeto por las y los compatriotas que adversan al Gobierno Bolivariano.

Quiero reafirmar una convicción que expresé el pasado jueves: tengo confianza en el pueblo y, por eso mismo, tengo confianza en las bases del PSUV. Sé que no van a defraudarnos: me resteo con ellas porque, lo digo con Bolívar, confío en su tino a la hora de las grandes resoluciones. Confío en un pueblo que se está haciendo legislador como quería nuestro Robinson: en la eficacia política y la calidad revolucionaria que lo caracteriza.

En realidad y en verdad, el 11 de febrero se abrió el camino para que el 26 de septiembre sea el día de la más rotunda victoria popular.

IV
Día de la Juventud: de la juventud rebelde y revolucionaria que es heredera y continuadora de la gesta del 12 de febrero de 1814.

Ciento noventa y seis años de una jornada memorable: la Patria joven venció con la brillante conducción de un soldado revolucionario llamado José Félix Ribas. Era el año terrible de 1814 y parecía imposible detener el empuje y la bravura de la caballería llanera al mando de Boves y, sin embargo, aquella muchachada sin experiencia militar lo hizo en La Victoria. Nos dolerá siempre que la contienda fuera entre venezolanos: la independencia no era, para aquel entonces, causa popular.

En la mañana estuvimos en La Victoria conmemorando esta gloriosa fecha con un desfile donde el pueblo y sus soldados, pueblo en armas, pusieron de manifiesto cuán unidos están en el mismo fervor patrio y revolucionario: con la juventud en la vanguardia.

En la tarde fui al encuentro de aquel mar de jóvenes que habían marchado hacia Miraflores para reafirmar su sentir y conciencia socialista. Ciertamente, y así se los dije, no es lo mismo celebrar el 12 de febrero hoy que hace 20 años. Antes, la celebración del Día de la Juventud era pura retórica, pura fachada: en el presente la celebración es viva y activa porque celebrar es comprometerse con la Patria y con su independencia definitiva. Es el compromiso que se materializa con la constitución del Frente de Juventudes Bicentenario 200 como avanzada de los frentes sociales del pueblo en batalla.

Quiero retomar una de mis reflexiones de la tarde del viernes: no puede haber una juventud acrítica. A la juventud revolucionaria le corresponde el ejercicio de la rebeldía crítica y creadora: su participación protagónica es decisiva para la batalla sin tregua contra las desviaciones.

Necesitamos, hoy más que nunca, su fuerza vigorosa para derrotar a la corrupción, al burocratismo y a la ineficiencia.

En el inicio del Ciclo Bicentenario, llegó la hora para que la juventud tome la vanguardia. Sobre sus hombros descansa y descansará el porvenir de la consolidación y profundización de nuestro socialismo. Decía el gran pensador Miguel de Unamuno: “Lo que no es eterno tampoco es real”. Esta Revolución será eterna y real sólo si la juventud venezolana la encarna y la hace suya. La perpetuidad de la Patria libre, soberana, independiente, depende de la realidad de una juventud en pie de lucha: la juventud que se hizo sentir en este luminoso 12 de febrero de 2010.

Y hoy, domingo 14, es día de San Valentín. ¡Feliz día de las enamoradas y de los enamorados!

Y comienzan las Fiestas de Carnaval.
A disfrutar sanamente, pues.
A cuidarnos y a cuidar a la Familia.
Que se desaten la pasión y la alegría. 

¡¡La mayor suma de Felicidad!! 
¡Patria socialista o muerte! 
¡Venceremos! 

P.S. No pude ponchar al Kid.
Pero ponché a Elvis Andrus. 
¡Na guará!

Hugo Chávez Frías

sábado, 13 de febrero de 2010

Teresa Carreño: Himno a Bolívar

HIMNO A BOLÍVAR

L.: Felipe Tejera
M.: Teresa Carreño

CORO
Pueblo heroico la frente levanta
rompe altivo tu marcha triunfal
y a los mundos atónitos canta
de Bolívar la gloria inmortal.

I
Cruzó con alas de águila del Guaire al Tequendama
la trampa de la fama, su nombre fatigó.
Y fue su inmenso espíritu que ya en el cielo mora
el astro de la aurora que a un mundo iluminó.
¿Quién es el sin segundo?, ¿Quién el Libertador?
¡Bolívar! dice El Ávila.

II
Bolívar! dice el Ávila, ¡Bolívar! el Sorata
Su nombre suena El Plata, su nombre grita el mar
Y ya en la trompa bélica, ya en cánticos rotundos
¡Bolívar! ambos mundos, repiten a la par.
¡Él es el sin ejemplo!, ¡Él es el inmortal!
¡Bolívar! dice El Ávila.

III
Oíd su nombre olímpico resuena por el globo,
Lo dice en Carabobo; triunfante su clarín;
Y con marcial estrépito, también su nombre escucho,
Glorioso en Ayacucho, magnífico en Junín.
Los cánticos de gloria para él no tienen fin.
¡Bolívar! dice El Ávila.


domingo, 7 de febrero de 2010

Las Líneas de Chávez No. 58

¡Febrero: 1, 2, 3...4.!

Nº. 58 de fecha 07 de febrero de 2010. No podía ser más luminoso el comienzo de febrero. El día 1º de este mes celebramos el nacimiento de una de las tres raíces de nuestra Revolución Bolivariana: Ezequiel Zamora, el General del Pueblo Soberano.

I
Entramos al galope en febrero: febrero rebelde, de cara siempre al sagrado compromiso con el pasado, el presente y el porvenir de la Patria.


No podía ser más luminoso el comienzo de febrero. El día 1º de este mes celebramos el nacimiento de una de las tres raíces de nuestra Revolución Bolivariana: Ezequiel Zamora, el General del Pueblo Soberano. Los que creyeron haber matado al cara’e cuchillo, olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas / Zamora cabalga señores / ya los dientes del pueblo / están royendo los muros de vuestro reino / y no es el desarropado ni el sordo ni el ciego de ayer / ahora tiene bandera, poetas y metal organizado, como cantaba El Chino Valera Mora.


Tierra y Hombres Libres, Horror a la oligarquía, es la consigna que hoy se hace cuerpo y alma en nuestros campos, ante la cual no nos queda sino decirle a esa misma oligarquía junto con Valera Mora: Recojan la cosecha de vientos que sembraron. Vientos que hoy se han convertido en huracán revolucionario.

 
II
2 de febrero de 2010: XI aniversario de nuestra Revolución Bolivariana hecha gobierno y XI aniversario del llamado a 1265489761126531270501mg0375una Asamblea Nacional Constituyente, la cual sentaría las bases constitucionales de nuestra actual V República. No podía ser más propicia la ocasión para juramentar a nuestro nuevo Vicepresidente Ejecutivo de la República, Elías Jaua, y anunciar los nombramientos de Francisco Farruco Sesto como titular del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y Alejandro Fleming como titular del Ministerio del Poder Popular para el Turismo.


«Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando, convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta», tal fue mi promesa en la campaña electoral y la única razón por la que acepté ir a elecciones, y tal fue la primera decisión de gobierno que tomé luego de ser juramentado como Presidente de la República. Desde 1830 hasta 1998, nunca la soberanía nacional había sido convocada para que ejerciera su voluntad absoluta. Mal podía haber sido convocada cuando siempre había estado conculcada, mediatizada, y, desde 1958 a 1998, colocada al borde de la extinción total, definitiva: Venezuela era, de facto, una colonia petrolera yanqui.


Son once años de gobierno, de batalla y en batalla, protagonizados por el Pueblo, para darse a sí mismo la mayor suma de felicidad posible y conquistar la igualdad establecida y practicada. Son once años del más pleno ejercicio de la soberanía popular.


III
3 de febrero: natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. No podemos olvidar que el 4 de febrero de 1992 realmente se inició el 3, como tributo a la memoria del infinito cumanés: bajo su inspiración casi toda una generación de soldados patriotas salimos a dar la batalla por la dignidad del pueblo.


“Cuando la América salió a dar su sangre por su libertad, entendió que lo hacía también por la justicia, compañera inseparable. Sin el goce absoluto de ambas, habría sido inútil su emancipación”, sigue diciéndonos Sucre desde la Cruz de Berruecos.


IV
Grande y hermosa fue la fiesta popular que conmemoró los 18 años del 4 de febrero de 1992, Día de la Dignidad Nacional.
Creo pertinente que pensemos el 4 de febrero en su justa y trascendente dimensión, para fortalecer la memoria colectiva.


Digo todo esto pensando en nuestra juventud: a ella le toca renovar y actualizar el significado del 4F, como parte integral del torrente continuo de nuestra historia republicana, de nuestra ininterrumpida gesta independentista, de nuestros 200 años de lucha.


Necesario es remitirnos a la voz de Kléber Ramírez y esa obra monumental que lleva por título Historia documental del 4 de febrero. Ahí nos dice Kléber: “El 4F no coronó el propósito inmediato de la toma del poder, pero puso al descubierto un mar de fondo de las contradicciones con que se dirige a la nación venezolana y fue una sacudida política de tal magnitud, que revitalizó la potencialidad de este pueblo imaginativo y peleador. Desde este punto de vista, ese acontecimiento fue una necesidad histórica. El 4F dotó a la nación de un objetivo estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes.


Recordemos de dónde vino aquel movimiento cívico-militar que, tras un arduo trabajo de muchos años, se levantó en armas aquel febrero rebelde. Si bien es cierto que el antecedente determinante de la insurgencia del MBR-200 se encarna en aquel otro día de febrero que partió la historia nacional en dos, la insurrección popular del 27 de febrero de 1989, el “mar de fondo” del que Kléber nos habla, antecede al mismo Caracazo: nos remite no sólo a los años del puntofijismo, sino a la estructuración gomecista del Estado venezolano.


Para 1992 el juego estaba completamente trancado: las armas de la crítica tuvieron que dar paso a la crítica de las armas. La política entreguista del puntofijismo llegaba a su más nauseabunda expresión con el programa neoliberal puesto en práctica por Carlos Andrés Pérez: el país estaba subordinado al FMI y el Banco Mundial y de rodillas ante el imperio; los partidos políticos se dedicaban exclusivamente al saqueo y a la burla social; la dignidad del pueblo venezolano estaba secuestrada. Teníamos que dar un paso al frente ante tal estado de cosas, con el más puro compromiso con la redención de la Patria y para devolverle al pueblo las armas de la República.


A todo esto debemos añadir la necesidad de revivir el legado revolucionario de nuestro padre Libertador, líder y guía de nuestro movimiento. El 4F, Bolívar volvió, para no irse nunca jamás.


Pero, sobre todas las cosas, fuimos, para decirlo con Bolívar, una débil paja arrastrada por el huracán revolucionario. El huracán que desencadenó nuestra rebelión aquel 4 de febrero de 1992, es el mismo que nos ha traído hasta aquí: es el pueblo heroico de Venezuela y su gesta emancipadora de 200 años.


Hemos entrado al galope, pues, a nuestro febrero rebelde. Y con ello, iniciamos los eventos preparatorios rumbo al memorable día que será el próximo 19 de Abril, fecha que marca el inicio del Ciclo Bicentenario, esos veinte años que se extenderán desde este 2010 hasta el 2030.


Será el ciclo definitivo, el tiempo de nuestra redención suprema, la era en la cual haremos posible, ahora sí, un mundo nuevo: El Socialismo, el Reino de la Justicia decía Bolívar, el Reino del hombre, decía Cristo.


Hacia allá vamos. Juntemos todas nuestras banderas, todos nuestros cantos, todas nuestras emociones, pues la batalla será tan larga como hermosa.


¡Bienvenido el Ciclo Bicentenario 2010 – 2030!
¡¡Patria socialista o muerte!!

Hugo Chávez