domingo, 30 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez. No. 36

¡¡Bariloche: Buen Boche!!

I.


Si algo ha caracterizado a la estrategia imperial es el debilitamiento y la disolución de cualquier tentativa que los pueblos han adelantado en la determinación de sus propios destinos. La historia antigua y reciente lo confirma: no hay dominación posible si previamente no se socavan los procesos de soberanía e independencia. Por eso mismo, el imperio tanto le teme al avance de los pueblos suramericanos hacia la unidad. En este sentido, Unasur, más que un proyecto de simples alianzas coyunturales es una urgencia suprema que se impone a los pueblos que compartimos una historia, una memoria y una esperanza. Con esa conciencia, Venezuela se hizo presente en la Cumbre Extraordinaria de Bariloche el pasado viernes 28 de agosto. t_pantallazo_178


Hay que destacar el hecho absolutamente relevante de que la discusión fuera pública: de cara a nuestros pueblos. Ya se acabó el tiempo de las agendas ocultas y de los acuerdos por debajo de la mesa. En el mismo sentido, quiero resaltar que por primera vez se discutía —en una cumbre o reunión de presidentes y jefes de Estado— sobre la presencia de bases militares extranjeras en nuestra región.


La discusión fue franca y cruda —por momentos crispada— porque existen inocultables divergencias ideológicas que son de fondo. Pero con esas divergencias tenemos que lidiar en función del mantenimiento y la consolidación de la unidad suramericana. Y fue la unidad suramericana lo que se logró salvaguardar en Bariloche. Fracasa y fracasará cualquier intento exógeno por dividir a la Unasur.


Preocupa la retórica del presidente Uribe y su apelación permanente al leguleyismo: al empleo, no menos permanente, de sofismas. Si se dice —como lo hizo en una de sus intervenciones en Bariloche— que quienes alertamos sobre la instalación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano, estamos partiendo de un preconcepto, todo puede convertirse en un preconcepto. Pura retórica, vacía de todo contenido, para eludir la discusión sustantiva. El problema es que Colombia no va a poder ofrecer garantías de seguridad a nadie, una vez instaladas las siete bases.


Al establecerse en territorio colombiano, allí van a quedarse quién sabe por cuánto tiempo. Y, por consiguiente, la paz en la región suramericana está y estará perpetuamente amenazada. Y lo que queremos —una convicción compartida mayoritariamente en Bariloche— es consolidar a la América del Sur como una zona de paz. Lo que queremos es hacer imposible la guerra.


Venezuela no tiene ninguna responsabilidad en el conflicto interno colombiano. Nuestro afán se orienta hacia la consecución de la paz en la Patria hermana. Nuestra propuesta de una iniciativa de paz para Colombia, hecha en Bariloche, demuestra una vez más nuestra consecuencia en esa materia.


Lo fundamental es que en el documento final quedó establecida una posición principista en su tercer punto: Reafirmar que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede, con sus medios y recursos vinculados a objetivos propios, amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación sudamericana y en consecuencia la paz y seguridad de la región. Aquí, de hecho y de derecho, se está fijando una doctrina de defensa que nadie puede desconocer. Y estaremos vigilantes en relación con su riguroso y estricto cumplimiento.


Necesario es que el Consejo Suramericano de Defensa comience a actuar efectivamente: con una visión de paridad, de equilibrio, de simetría. (De hecho, las siete bases militares puestas a la disposición de los Estados Unidos en territorio colombiano, generan una peligrosísima situación de asimetría). La revisión del acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos, ratificado el pasado 19 de agosto, es un primer y fundamental paso.


II


El mismo 28 de agosto se cumplieron dos meses del golpe de Estado de Honduras: cumplió dos meses, también, el bravo pueblo hondureño en resistencia contra el régimen de facto.


imagen_de_la_campana_de_reporteros_sin_fronteras_sobre_la_libertad_de_expresion_articlepopup Y preocupa que la situación hondureña comience a enfriarse internacionalmente; que disminuya la presión sobre el gorilato. Hoy sabemos que el zarpazo fue ejecutado en connivencia abierta con la base militar de Palmerola: ¿si no cómo se explica que el avión que sacaba al presidente Zelaya aterrizara primero en ese enclave gringo?


Lo acontecido en Honduras fue un primer ensayo dentro de una escalada militar imperial cuya continuidad se incrementa y potencia con las nuevas bases militares yanquis en territorio colombiano.


Debemos seguir haciendo lo imposible para que el pueblo hondureño recupere su sendero democrático. Honduras lleva ya dos meses hundiéndose en las tinieblas del gorilismo, a pesar de que no ha desmayado la voluntad de lucha popular en las calles y en los campos.


Son dos meses de lecciones: una, el poder descaradamente intervencionista de importantes sectores gringos empeñados en torcer los destinos de un pueblo; y otra la impotencia de los organismos internacionales por hacer cumplir sus propias decisiones. Pésima señal esta para el resto del continente, que puede comenzar a ver el oprobio y la injusticia convertida en pan de cada día.


En un texto reciente titulado Honduras y la ocupación militar del continente (2009) dice la destacada intelectual mexicana Ana Esther Ceceña:


Si bien Honduras muestra claramente los límites de la democracia dentro del capitalismo, el trasfondo de Honduras, con el proyecto de instalación de nuevas bases en Colombia y la inmunidad de las tropas estadounidenses en suelo colombiano, convertiría a ese país en su totalidad en una locación del ejército de Estados Unidos que pone en riesgo la capacidad soberana de autodeterminación de los pueblos y los países de la región.


Las acciones de este enclave militar en América del Sur se dirigirán a los estados enemigos o a los estados fallidos, que, de acuerdo con las nuevas normas impulsadas por Estados Unidos, pueden ser históricamente fallidos o devenir, casi instantáneamente, estados fallidos “por colapso”. Cualquier contingencia puede convertir a un país en un estado fallido y, por ello, susceptible de ser intervenido.


No tienen desperdicio estas palabras: no hay la menor exageración en cuanto a la situación de riesgo, y de riesgo inminente, en el cual quedan todos los países de la región y, en especial, los vecinos de Colombia. Todos somos susceptibles de una intervención militar si no bailamos al son que nos toque el imperio.


III


A Bariloche llevamos el verbo iluminado de Bolívar. Allí recordamos lo que dice el Libertador en carta a Mariano Montilla fechada el 4 de agosto de 1829: Si la América no vuelve sobre sus pasos, si no se convence de su nulidad e impotencia, si no se llama al orden y la razón, bien poco hay que esperar respecto a la consolidación de sus gobiernos; y un nuevo coloniaje será el patrimonio que leguemos a la posteridad.


No estamos dispuestos a legarle a la posteridad el vil patrimonio de un nuevo coloniaje sino el luminoso patrimonio de la Independencia definitiva.


¡¡Patria, Socialismo o Muerte!!
¡¡Venceremos!!

Comandante Hugo Chávez Frías

domingo, 23 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez. No. 35

¡Sabanas de mi cariño!

Ahora mismo estoy por la sabana; cruzando el “ancho terraplén” venezolano. A lo lejos retumban los truenos anunciando el aguacero. Y recuerdo a Rómulo Gallegos: “Llanura venezolana, propicia para el esfuerzo como lo fue para la hazaña…”

20070714180433-colombo-venezolana
Cuando salgan estas líneas ya será domingo 23 de agosto y nosotros estaremos en el cajón de Apure, listos para el Aló Presidente nro. 338, desde las sabanas del Hato El Frío, recuperado por la revolución para construir el socialismo agrario.


Y a propósito de hazañas, de llano, de llaneros y de revolución, hoy se cumple un año más de la muerte física de uno de los más temibles centauros que parió esta sabana: el coronel Juan José Rondón, nacido allá en Las Mercedes del Llano, héroe de Las Queseras del Medio, de Pantano de Vargas y de Boyacá. Aún retumba su grito en los corazones de colombianos y venezolanos: “la Patria no se ha perdido, porque Rondón no ha peleado”.


Hoy, los pueblos de Venezuela y Colombia, que somos en verdad un mismo pueblo, debemos buscar en mayor profundidad esas comunes y heroicas raíces, para relanzar el proyecto unitario convirtiéndolo en poderoso movimiento grannacional bolivariano.


Es la mejor respuesta que debemos dar, ante la nueva arremetida burguesa e imperial que desde Bogotá y desde Washington, pretende sembrar la división, el conflicto y la guerra en estas tierras de la que fue Colombia La Grande, la de Bolívar, la de Miranda…


Vaya para todo el pueblo colombiano, una vez más, nuestra palabra solidaria, nuestro mensaje de aliento, de fraterna solidaridad ante el gigantesco atropello a su soberanía y a su dignidad, que no otra cosa es, en instancia primera, el horrendo hecho de la instalación de siete bases militares gringas en su territorio.


No se trata, todos lo saben, del tristemente célebre Plan Colombia. En realidad, ese plan sólo ha servido para impulsar aún más la narcoeconomía que la burguesía colombiana le ha impuesto al vecino país y que tiene, entre sus objetivos, asegurar el monumental y creciente consumo de drogas en los Estados Unidos. El salvaje sistema capitalista impuesto por las élites yanquis a aquel gran país, necesita seguir bombardeando con las drogas a aquella dominada y manipulada sociedad, entre otras cosas, para tratar de mantenerla adormecida e insensible a los poderosos movimientos de cambio que se han desatado en todo este continente y cuyo epicentro se encuentra precisamente en la Venezuela bolivariana.


Varias noches atrás me sorprendió una noticia difundida por la agencia EFE: ¡el 90% de los billetes que circulan dentro de los Estados Unidos tiene trazas de cocaína! Esto es algo verdaderamente terrible para una sociedad y al propio tiempo es claro reflejo de lo que venimos señalando.


Y por su parte, la élite colombiana, esa burguesía consular, para decirlo con Helio Jaguaribe, esa oligarquía antediluviana, necesita de la presencia militar yanqui en su territorio. Es una necesidad tan vital como el aire que respiran. En primer lugar, para frenar los movimientos populares que por todas partes brotan clamando justicia. En segundo lugar, para mantener a raya la insurgencia armada que desde hace más de medio siglo sacude a la Patria de Camilo Torres, de Jorge Eliécer Gaitán.


Y luego, abrir Colombia a las tropas Yanquis es también un poderoso seguro, detrás del cual se amparan el gobierno títere de Colombia, el Estado Burgués que lo controla todo y sus fuerzas de seguridad, ante las innumerables violaciones a los Derechos Humanos y al propio Derecho Internacional, cometidas precisamente por esa élite corrompida.


Por otra parte, las bases militares en territorio colombiano, son parte de la “Estrategia Global de Bases de Apoyo” del comando de movilidad aérea (AMC) de las Fuerzas Militares Imperiales. Recientemente, el 12 de agosto pasado, el sitio web “Rebelión” publicó un interesante articulo del prestigioso intelectual colombiano Medófilo Medina, en el cual aparece la siguiente perla: “ En un documento elaborado en abril de 2009, el Comando Aéreo para la Movilidad (AMC) de la Fuerza Aérea de EE.UU., se pueden leer apartes a cual más preocupantes: ‘recientemente el Comando Sur ha comenzado a interesarse en establecer un punto para ejecutar operaciones de movilidad (…) El Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia, como una localidad de cooperación de seguridad (CSL) por sus siglas en inglés, la forma como EE.UU. denomina las bases en otros países’”


Y más adelante continúa Medófilo Medina extrayendo de aquel documento la mera verdad que ahora pretenden ocultar desde Washington y Bogotá:


“Incluir a Suramérica en la estrategia de ruta global logra dos objetivos: ayuda a materializar nuestra estrategia de compromiso en la región y asiste con la movilidad en la ruta hacia Africa…”


Y por si faltara algo, aquí viene otra perlita que pareciera ser la joya de la corona imperial: “Hasta que el Comando Sur establezca un Teatro de Operaciones más robusto, Palanquero debe ser suficiente para el alcance en movilidad aérea”


¡¡El que tenga ojos, que vea. El que tenga oídos, que oiga!!


En fin, son bastantes las razones que los gobiernos y los pueblos de la UNASUR tenemos para manifestar, de distintas maneras, nuestro rechazo a esta barbaridad imperial.


Toda Suramérica está bajo amenaza. El mismo documento citado por Medina, pero que ahora tengo completo en mis manos, dice en alguna de sus espeluznantes páginas, lo siguiente: “Estados Unidos requiere libertad de acción en las zonas comunes globales y acceso estratégico a regiones importantes del mundo para satisfacer nuestras necesidades de Seguridad Nacional (Estrategia de Defensa Nacional 2008, página 22). Por ende, una estrategia de movilidad aérea debe ser capaz de brindar acceso a la nación a las regiones importantes del mundo desde el punto de vista estratégico.”


Como se dice por estas sabanas donde ahora termino las líneas: ¡Más claro no canta un gallo!


La mira del imperio está puesta en el Orinoco y su faja petrolífera, en el Amazonas y su rica Cuenca y en el Paraná- Río de La Plata y su inmenso acuífero.


Pero que no lo olviden: por aquí andamos los hijos y las hijas de Artigas, de San Martín, de Juana Azurduy, de Tupac Catari, de Bartolina Sisa, de Tiradentes, de Abreu e Lima, de Manuela Saenz, de Antonio Nariño, de Antonio José de Sucre, de Francisco de Miranda, de Simón Bolívar…


Y además, no lo olviden: ¡¡Estamos dispuestos a ser libres y a dejarle una Patria Grande a nuestros hijos, a nuestras hijas!!


Vienen tiempos difíciles.


No nos queda otro camino; es Bolívar el baquiano: “Unión, Unión o la anarquía nos devorará”; “solamente la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”.


Allá puedo ver ya la costa Apure. ¡Ay sabana, cuánto te amo! “En cada mata de paja hay un pedazo de mi alma, en cada camino tuyo hay una copla grabada”.


¡VENCEREMOS!


Hugo Chávez

domingo, 16 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez No. 34

Fidel... ¡Viva Fidel!

Después de la última reunión de Unasur, el panorama en el continente se esclarece. Pero para comprender este esclarecimiento, debemos unir ciertos cabos. El presidente Uribe, con su anunciada ausencia y su tour explicativo de forma selectiva, renunció de manera descarada a la ocasión de vernos todos a los rostros y de hablarnos suramericanamente, como se debe hacer entre quienes compartimos una suerte y un destino común. Prefirió lo que él ha dado en llamar diplomacia muda, esto es, sin voz propia.


Todo indica que quieren llevar a nuestros pueblos a un callejón sin salida. Ya en Trinidad y Tobago el presidente Obama asomó una idea: olvidar el pasado e interesarse exclusivamente en el futuro; nada original por cierto aquella proclama obamista: es el canto sublime del capitalismo, el propio canto del cisne: la modernidad. En la reunión del pasado lunes diez en Quito, la representante colombiana nos recomendó la parte que faltaba de la receta: desideologizar el diálogo. Vaya qué propuestas: quedarnos sin historia que contarnos y sin ideas para orientarnos.

Fidel Chávez
Mucho ha sido el tiempo transcurrido desde que la plaga del coloniaje se nos vino encima, para que ahora vengan a vendernos nuevos espejitos o a tratar de confundirnos en brumosos espejismos. Larga ha sido nuestra travesía, para que nos quieran hacer creer ahora que detrás de las bases militares yanquis en Colombia, no están agazapadas la guerra y la desolación como amenazas terribles para la paz, la unidad y el futuro de los pueblos suramericanos y caribeños.


Dice el pensador argentino Atilio Borón: ¿Qué pretende Uribe con su frenética gira por América suramericana? Nada menos que vender una iniciativa tóxica, para utilizar el lenguaje impuesto por la crisis capitalista: justificar la escalada de la ofensiva militar del imperio con el propósito de revertir los cambios que en los últimos años alteraron la fisonomía sociopolítica de la región.


Tenía toda la razón el presidente Rafael Correa, al denunciar la doble moral internacional, en la Reunión de Unasur del pasado lunes. Voy a glosar su argumentación: las bases militares gringas, según la visión del imperio, son un problema de soberanía de un país, en este caso, de Colombia. Pero el desarrollo de un programa nuclear por parte de un país que Washington considere del eje del mal, ya no es un problema de soberanía, sino una amenaza planetaria. En síntesis: a los gobiernos insumisos hay que acusarlos de todo y a los gobiernos sumisos hay que apoyarlos en todo. ¡Qué descaro!


Es, en verdad, la doble moral imperial.


Pero, a despecho de las fuerzas imperiales, ya nuestros pueblos despertaron y andan con la conciencia alerta. De esa conciencia ha surgido la propuesta de las “bases de paz”, con el fin de neutralizar el belicismo de esa réplica del Estado de Israel en que quieren convertir al Estado colombiano en el presente.


Pero que nadie se equivoque: si Venezuela es agredida, se defenderá con todos los medios a su alcance. Para ello estamos fortaleciendo nuestra capacidad de defensa y nuestro poderío militar.


Como lo expresábamos en la Cumbre de Unasur en Quito, el imperio yanqui quiere ponerle la mano a la primera reserva petrolera del mundo: la Faja del Orinoco.
Tengamos presente, sin embargo, que el cerco militar sobre la América del Sur comienza ahora a apretarse, no sólo por nuestra riqueza energética: la codicia del imperio tiene en la mira, desde hace ya tiempo, otros dos objetivos de gran importancia estratégica: la Amazonía, con su corazón en Brasil, y el gigantesco acuífero del Cono Sur, allá en Argentina, Uruguay y Paraguay.


II


¡Cómo no recordar aquel funesto 14 de agosto de 2002! Se cumplieron siete años exactamente, en esta semana, de aquella infame sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, que establecía que el 11 de abril de 2002 no se produjo un golpe de Estado, sino un vacío de poder. Y, para más infamia, los imputados, esto es, los golpistas, actuaron preñados de buenas intenciones.


Aquel día, lo he repetido muchas veces, tuve que tragar arena.


Aquella sentencia era una real y verdadera consagración de la impunidad. Y era fiel reflejo de una institucionalidad que, en buena medida, estaba de espaldas al sentir popular. Era el Estado burgués apuñalando a la Revolución.


Siete años después, ciertamente, el entramado institucional del Estado está mucho más fortalecido. La sentencia que, en esta semana, condenó a tres de los principales responsables de la masacre de Puente Llaguno, así lo demuestra.


Pero la batalla contra la impunidad continúa. Queda aún mucha justicia por hacer. Recordemos siempre a Bolívar: La impunidad de los delitos hace que éstos se cometan con más frecuencia: al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos. ¡¡Necesario es que continuemos instituyendo el nuevo Estado Social de Derecho y de Justicia!!


III


Parece que el 15 de agosto, como fecha, está reservado para grandes acontecimientos . El 15 de agosto de 1805, con el Juramento del Monte Sacro, nació el Libertador de un mundo. El 15 de agosto de 1819, vió la luz la segunda Constitución de la Venezuela Republicana. El 15 de agosto de 2004, el pueblo bolivariano ganó una batalla política decisiva en el referendo presidencial. Nadie nunca podrá olvidar aquella jornada y su canto general, Florentino y el Diablo: “El catire Florentino por el ancho terraplén…”


Y ayer, 15 de agosto de 2009, fue promulgada la Ley Orgánica de Educación. La promulgación de esta Ley liberadora, demuestra que el proceso constituyente continúa. La nueva legalidad revolucionaria se va abriendo paso.


¿Qué es lo que ha pretendido la contrarrevolución con su guarimba mediática? ¿Se pretende que el Estado docente no ejerza en tanto que tal? Con la promulgación de la LOE, el Estado docente no sólo queda definitivamente consagrado, sino que se fortalece para ejercer a plenitud su rol. El Estado docente es garantía de la educación pública, gratuita y de calidad, para todas y todos.


Ese conjunto de banalidades y falacias que la contra ha puesto a rodar, como esa de la eliminación de la patria potestad, no es más que eso: banalidades y falacias. Carecen de argumentos. Le tienen grima a todo lo que sea discusión pública y consulta popular. Piensan en la educación como negocio redondo y como práctica para formar súbditos del imperio. La educación para formar ciudadanos y ciudadanas, para aprender a vivir en República, no les cabe en la cabeza.


Decía nuestro Robinson en su Tratado sobre las Luces y sobre las Virtudes Sociales: “Hacer negocio con la educación es… diga cada lector todo lo malo que pueda: todavía le quedará mucho que decir”. Con la LOE, el tiempo de la educación como negocio ha quedado definitivamente atrás. Comienza el tiempo de la educación como bien eminentemente social, eminentemente colectivo.


IV


Con sus 83 años recién cumplidos, el pasado jueves 13 de agosto, Fidel sigue en la primera línea de batalla : nunca se ha ido ni se irá de ella. Desde la trinchera de las ideas, nos sigue orientando este gran padre de los revolucionarios y revolucionarias de Nuestra América. Su palabra es, más que nunca, necesaria e iluminadora, ahora cuando el imperio contraataca.


Allá estuvimos con él, en familia, en amena charla de siete horas, analizando, leyendo, recordando, visualizando el horizonte y sus peligros, reavivando la llama que nos alienta en esta dura lucha por la liberación de la patria.


Nos contó de su infancia, de cuando expulsaron del colegio a los tres (Ramón, Raúl y Fidel) y el Director dijo a su padre que “eran los tres más grandes bandidos que por ese colegio habían pasado”.


Recordó a Caracas, a los Llanos de Venezuela, al pueblo bolivariano. Está más informado de lo que aquí acontece que cualquiera de nosotros.


Ya entraba la tarde, cuando nos despedimos, junto a Raúl, ese gran compañero y eficiente líder revolucionario.


Allá quedó Fidel, de pie, inmenso, con el puño en alto y 83 años al hombro.


Recordé al poeta: “Abre tus portones, historia. Que vamos entrando con Fidel. Con el caballo”.


Y desde lejos gritamos como siempre:


¡¡Patria, socialismo o muerte!!


¡Venceremos!

Hugo Chávez

16 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez N0. 33

¡Colombia, Colombia!

Este jueves 6 de agosto -día en que recordábamos la entrada triunfal a Caracas de nuestro Libertador, para sellar con broche de oro su prodigiosa Campaña Admirable de 1813; día en que conmemorábamos la gesta heroica de Junín en 1824, última batalla comandada por Bolívar; y día en que celebrábamos el nacimiento de Bolivia como nación independiente en 1825- no pudo ser más propicio para dar nacimiento a la Escuela de Cuadros Políticos del PSUV, en la Ciudad Vacacional de Los Caracas, estado Vargas.


Quiero reiterarlo: si internalizamos las tres preguntas de la jornada, no podemos menos que reconocer que el papel histórico, que hoy entre todos protagonizamos,colombia_pol_2001 es el mismo, sin duda alguna y quiero enfatizarlo, que jugó Bolívar y todos aquellos pueblos hechos ejércitos, como aquel que el 7 de agosto de 1819, tal día como hoy, diera la batalla decisiva para garantizar el éxito de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada en el campo de Boyacá. Es nuestra herencia y debemos responder a nuestro rol de hoy: sumémonos en cuerpo y alma, como individuos y como colectivo, a la jornada por la nueva independencia de Venezuela y de toda nuestra América.


No habría Revolución posible entonces si nosotros no nos formamos; no sólo los cuadros, sino el partido, el pueblo como un todo: el partido de masas que hoy constituimos debe ir más allá, porque no es suficiente. Debe ser un partido de masas que genere sus propios cuadros, de forma que el PSUV sea generador de cuadros, de líderes, de activadores, de formadores socialistas. Recordemos la premisa fundamental de Gramsci, punto de partida, jamás de llegada, de nuestra organización política: un partido de masas que cree, genere, produzca cuadros.


De ahí entonces la necesidad de que el PSUV -no perdiendo nunca el objetivo de ser la fiel expresión de esa acumulación de crítica y fuerzas, que lo es el Poder Popular- se contraponga a la obscenidad del poder en sí mismo, como ejercicio del control y dominación política.


Y de allí también la necesidad de que se constituya en un espacio donde las relaciones sociales sean sometidas al control colectivo, el único válido. Valga lo mismo para la formación política, sin la cual lo anterior será imposible: requerimos de una formación de cuadros que haga imposible los carcomidos paradigmas de la educación burguesa, la reproducción de la dominación. Recordemos la experiencia a la luz del modelo robinsoniano y de Freire. Y de este último, de Freire, traigamos a la memoria aquellas palabras suyas que encabezan su Pedagogía del Oprimido (1969):


"La sectarización es siempre castradora por el fanatismo que la nutre. La radicalización, por el contrario, es siempre creadora, dada la criticidad que la alimenta. En tanto la sectarización es mítica y, por ende, alienante, la radicalización es crítica y, por ende, liberadora. Liberadora ya que, al implicar el enraizamiento de los hombres en la opción realizada, los compromete cada vez en el esfuerzo de transformación de la realidad concreta, objetiva."


De eso se trata, en síntesis, formar desde las raíces -"A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces", decía Martí-, dentro de un ámbito abierto siempre a la crítica desde cada quien.


Estamos, pues, a la puerta de un socialismo radicalmente por reinventar, que es, valga la reiteración, radicalmente democrático.


Malambo, Palanquero, Apiay, Tumaco, Bahía Málaga, Tolemaida y Fuerte Larandia, siete nombres que podrían pasar perfectamente por localidades de nuestra geografía venezolana, nombres que podrían identificar con mayor ahínco los lazos históricos de nuestra región (porque no dejan de ser parte de nuestra geografía espiritual), ahora pasan a ser nombres planificados para la entrega del territorio, la soberanía y la dignidad. Y no solo es atentar contra la dignidad del hermano pueblo colombiano, sino de Nuestra América toda. ¿Tiene justificación alguna de cara al concierto de naciones latinoamericanas? ¿Existen posibilidades de hacer creíble tal usurpación territorial para la 'lucha contra el narcotráfico'? ¿No es acaso la renovación de la misma presunta doctrina, hija de la Internacional de las Espadas, de la Seguridad Nacional, llámese ahora como se llame? Primero fue contra el comunismo, ahora se trocan en el terrorismo y el narcotráfico que el mismo imperio fomenta, ¿o no es acaso el principal consumidor? Que no le quepa ninguna duda a todos los pueblos hermanos que la geoestrategia yanqui sigue en pie, incentivando, además, el reacomodo de las oligarquías locales, o mejor dicho, burguesías consulares como planteaba el sociólogo brasileño Helio Jaguaribe.


A la luz de estos acontecimientos, cobra una nueva lectura lo que ocurre en la hermana Honduras. No podemos darnos el lujo de aislar una acción de otra, que más aparentan un escalonamiento estratégico que a un juego coyuntural. La instalación de las siete bases de la infamia en suelo hermano tiene el mismo propósito que la base aérea de Soto Cano en Palmerola, Honduras. Lo mismo que la base de Mariscal Estigarribia en Paraguay: una triangulación militar dispuesta a fracturar el proceso de unión latinoamericana, fractura que bajo la óptica del Tío Sam le permitiría recuperar su influencia y el control sobre la energía y la materia prima: reconstruir el corredor que alimentará el monstruoso aparato de consumo del complejo-militar industrial y el control sobre una sociedad narcotizada. Bien podemos citarle las palabras que nuestro Padre Bolívar le envió al agente norteamericano, Juan Bautista Irvine, por allá por 1819 apenas consolidándose el suelo patrio, cuando pretendían enviar dos buques, el Tigre y el Libertad, para dotar de pertrechos a las huestes españolas:


"El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no equilibrasen y aun superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto señor de toda la Tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos."


La trama diplomática desplegada en Honduras nos da, también, noticia de cómo pueden comportarse los gobiernos tibios y cipayos del continente; este podría ser uno de los indicadores que dio pie a la imposición de las bases norteamericanas. Pretendió el imperio reeditar su sistema interamericano monroista, por encima de las instancias nacientes y alternativas como el ALBA y Unasur. La respuesta debe ser de todos porque a todos nos corresponde, la amenaza es contra todos nosotros los pueblos de Nuestra América: ha llegado la prueba de fuego de Unasur, y podemos medir su temperatura con la esquiva movida diplomática del presidente Uribe, incapaz de hacerle frente, como Santander en su momento -quien entregó el Congreso Anfictiónico a los Estados Unidos- al rostro colectivo de Unasur. Exijamos todos la justificación de Uribe de cara al concierto de las naciones. Y recordemos otro pasaje que nuestro padre Libertador plasmó contra el infame agente Irvine, un pasaje contra la ofensa a nuestra patria:


"Parece que el intento de V.S. es forzarme a que reciproque los insultos: no lo haré, pero sí protesto a V.S. que no permitiré que se ultraje ni desprecie el Gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndola contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra populación y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España, que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende...".


¡¡Patria, Socialismo o Muerte!!
¡Venceremos!


Hugo Chávez

domingo, 2 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez No. 32

¡Ideas y milicias: Qué creación!

Son demasiados acontecimientos cruciales los que se han venido acumulando en estos últimos meses. En ellos se juega el destino de los pueblos de este continente.

No tienen nada de casuales: se han venido fraguando desde mucho antes y desde muy lejos. canciones_de_siempre_por_hugo_chavez


Es la misma contienda de hace doscientos años: de este lado, la libertad, la paz, la soberanía y la dignidad para forjar nuestros destinos; del otro, la dependencia, la guerra, la esclavitud, el oscuro camino del coloniaje.


Cuando estas dos opciones se evidencian descarnadamente, como está sucediendo, sería una irresponsabilidad vergonzosa si dejáramos hacer, dejáramos pasar, si guardáramos silencio sumiso. Justo es levantar la voz y ser fieles con el compromiso del cambio de época que palpita en la profundidad de los pueblos de Nuestra América y el Caribe.


Parafraseando a nuestro Libertador: no estamos dispuestos a legarle un nuevo coloniaje a la posteridad. Y la posteridad no es otra cosa que las generaciones de hijos e hijas, nuestros y nuestras, que ya comenzaron a levantarse por millones a todo lo largo y ancho de esta tierra.


Necesario es hacer un recuento para aclararnos el acontecer nuestro americano más reciente y ubicarlo en sus contextos, de tal forma que nos permita descubrir la trama oculta que lo sostiene.


El 3 de junio, después de 47 años, se conquista en San Pedro Sula, después de un intenso forcejeo diplomático, la eliminación de aquella insólita resolución que condenó a Cuba desde una OEA arrodillada al mandato imperial yanqui. Allí, justo es decirlo, los países del ALBA fueron determinantes.


Veintiún días después, en Maracay, el ALBA, haciendo justicia a su propósito, cambia de nombre, y se fortalece con la incorporación de Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda. Ahora somos nueve pueblos hermanados en un empeño de solidaridad libertaria con presencia y voz propia en el concierto continental.


Se convierte a partir de Maracay, en la Alianza Bolivariana.


Aunque ya había sido anunciado por el presidente Rafael Correa, el viernes 17 de julio, luego de diez años de funcionamiento, finalizaron las operaciones estadounidenses en la Base de Manta.


Esta decisión soberana del Ecuador, despertó alarma en el Pentágono, que no descansaría hasta reubicar esa base en un nuevo espacio estratégico, de acuerdo a sus intereses de dominación continental.


28 de junio: golpe de Estado en Honduras. Un ignominioso zarpazo contra la voluntad popular, condenado internacionalmente de forma unánime. Al día de hoy, el bravo pueblo hondureño se mantiene en las calles y en los campos, reclamando sus derechos y exigiendo el retorno de Manuel Zelaya a la Presidencia.


Mientras tanto, los gorilas intentan estirar los días de su usurpación, de espaldas al mundo. En este contexto, es claro que la supuesta intermediación del presidente Arias, responde sólo a la preservación de los intereses de Estados Unidos: el plan que formuló --y que no estaba entre sus atribuciones-- consiste en la vuelta de Zelaya a la Presidencia, pero atado de pies y manos.


Y ahora el Plan Colombia entra en una nueva fase: los Estados Unidos disponen de cinco nuevas bases militares en territorio colombiano. ¿A quién pretende hacerle creer el presidente Uribe y la oligarquía colombiana, que el incremento de la presencia militar yanqui, a través de estas nuevas bases, no significa una amenaza directa contra Venezuela? La obsesión de Uribe con la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, lo hace capaz de todo.

Colombia es, lamentablemente, la cabecera de playa de la estrategia de contención yanqui en la América del Sur y, por supuesto, su base de operaciones. De hecho, estas nuevas bases militares constituyen un peligro real y concreto contra la soberanía y la estabilidad de la región suramericana. Son puntas de lanza del nuevo coloniaje.


El Plan Colombia, no lo olvidemos, fue concebido en función de la estrategia de dominación bélica del que ha sido y es, como dice Darcy Ribeiro, el Estado militarista por excelencia.


La intervención de Estados Unidos --a la que hay que agregarle la presencia de ese Estado no menos militarista que es Israel-- en la guerra interna colombiana, hace sencillamente imposible que sus alcances se limiten al territorio de esta Patria hermana y sufrida.


Es la expansión hacia toda la región lo que se busca y, primero que nada, hacia Venezuela. Entonces, el Plan Colombia no es un asunto exclusivamente colombiano: nos afecta y nos amenaza a todos.


En este sentido, esta semana he conversado con varios Jefes de Estado de nuestro continente, con el fin de alertarles acerca del peligro que representan las nuevas bases militares gringas para Venezuela.


Es evidente que este será un tema central en la próxima reunión de la UNASUR el venidero 10 de agosto en Quito, en ocasión de la toma de posesión del compañero Rafael Correa para un nuevo período presidencial, en el marco del proceso constituyente de la Revolución Ciudadana, Bolivariana y Alfarista que avanza trepidante en la Patria de mi generala Manuela Saenz, la Libertadora.


En nombre del vínculo histórico y fraterno con el pueblo colombiano, bien paciente ha sido el Gobierno Bolivariano con el Gobierno de Uribe Vélez; pero todo tiene un límite: frente a un Gobierno que no respeta nada y que sirve a los intereses del imperio, hay que actuar como lo hemos hecho.


Nos hemos visto obligados, por razones de dignidad, a retirar a nuestro embajador en Colombia y a congelar relaciones. Estamos respondiendo a una sostenida línea de agresión contra Venezuela.


Una línea de agresión que reproducen, desde aquí, los medios privados. Sin la menor vergüenza patria, no sólo justifican las nuevas bases militares gringas en territorio colombiano, sino que tienen la desvergüenza de atacar al Gobierno Bolivariano por asumir plenamente su posición en defensa de nuestra soberanía.


Por cierto, hoy domingo estará recibiendo en Caracas el prestigioso Premio de Novela Rómulo Gallegos, el escritor colombiano William Ospina, por su novela El país de la canela.


Ospina es una gran conciencia colombiana y nuestroamericana, una de las voces mayores de la otra Colombia, esto es, la verdadera, la digna, la mayoritaria, la hermana. Queremos recordar un conmovedor poema suyo titulado 9 de noviembre de 1948 --forma parte de su libro ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995)--, que constituye el mejor de los homenajes a Gaitán.


Y lo hacemos como una declaración de amor fraterno al pueblo colombiano y como una reafirmación de nuestra solidaridad con la causa de la paz: Para entender esa pasión inmensa que iba de pecho en pecho, de grito en grito, debes saber de siglos de vergüenza, de indios educados por los blancos, de llagados esclavos que vivieron a solas sus meses de agonía, debes saber de dioses vivos que caían, de dioses muertos que triunfaban, del cansancio infinito de vivir en el mundo sin amor por el mundo, de la torpeza de unas castas tristes que intrigan, hieren y ebriamente humillan, mas no saben ser dignos de su suelo y su cielo.


Venezuela no es una amenaza para nadie, ni pretende agredir a nadie, pero tiene todo el derecho a defenderse, incrementado su capacidad defensiva y su poderío militar.


Ello explica que dentro de la vasta plataforma de cooperación entre Rusia y Venezuela, la cooperación técnico-militar se incremente. En esta semana, la visita del viceprimer ministro ruso Igor Sechin, ha servido para reafirmar y expandir nuestras relaciones militares.


Ante un horizonte plagado de amenazas externas para nuestra Revolución Bolivariana, es absolutamente decisivo nuestro fortalecimiento interno.


Comenzando por nuestro fortalecimiento político. Es por eso que la fase de reorganización de la militancia del PSUV, iniciada en el día de ayer, tiene la mayor importancia: la conformación de las patrullas socialistas va a permitirnos dinamizar la presencia del partido por todas partes.


En especial, va a permitirnos posicionar el mensaje socialista de una forma mucho más efectiva. Vaya mi palabra de aliento y estímulo a los patrulleros y a las patrulleras de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela, para Venezuela, por Venezuela.


El PSUV, las milicias, la clase obrera, las juventudes bolivarianas, la Fuerza Armada Bolivariana, la clase campesina, los frentes estudiantiles... ¡¡Todo debe ser fortalecido al máximo!! Y la ideología Patria, Bolivariana, Socialista, que sea el combustible que nos encienda, el cemento que nos cohesione, la poesía que nos enamore.


Lo voy a decir con Simón Rodríguez, forjador de libertadores: "Ideas y milicias: ¡Qué creación!"


Hugo Rafael Chávez Frías